No estoy muy seguro de qué significa armonía, pero parece algo musical, algo bueno. Una especie de equilibrio entre las partes de un todo, una cuestión de proporciones. A veces resulta ser simetría, o incluso monotonía, porque la palabra equilibrio sirve para todo, todo tiene que estar equilibrado (equilibrio presupuestario, mantener el equilibrio, equilibrio de fuerzas), y quien más quien menos es equilibrista. No había pensado nunca en la armonía del conjunto, hasta que el otro día lavándome las manos en el lavabo, observé en el espejo que no tengo las cejas blancas. Me decepcionó. Es muy fastidioso no tener las cejas blancas, pensé, cuando todo lo demás alrededor, cabello, barba, bigote, hace años que es blanco como la nieve recién pisoteada. No por nada, sino para que haga juego con el conjunto. Ahí me fijé por primera vez en la importancia de la armonía, de la que efectivamente carezco. Resulta que no soy armonioso, y por culpa de las jodidas cejas, que van a la suya y siguen aún de color parduzco. Cuatro pelillos blancos aquí y allá, un quiero y no puedo. Autodeterminación capilar. A cierta edad, toda la anatomía se desordena, qué remedio, pero esa tontería de la cejas… Es irritante. Nunca me ha interesado lo más mínimo mi aspecto, me trae sin cuidado, y mis cejas ya ni te cuento.
La armonía del conjunto
Palma02/05/22 4:00
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