Tras la Transición, el desmantelamiento de las disposiciones del dictador han sido intensas y extensas, pero hay una que ha permanecido: el horario.
Con arreglo a la Geografía, y ateniéndonos al trazado del meridiano de Greenwich, deberíamos tener la misma hora que Londres, porque el Meridiano pasa por Alicante, Huesca, y Londres. Pero a Francisco Franco le caían mucho más simpáticos los alemanes, y a un dictador nadie se le opone, así que como no podía cambiar ni la salida del sol, ni el trazado del meridiano de Greenwich, cambió el horario, y nos adelantó una hora para que en España rigiera la misma hora que tenían en Berlín.
Así que este fin de semana, en toda Europa se atrasarán los relojes una hora para volver a la normalidad, excepto España, que seguirá manteniendo una hora de diferencia, gracias a Francisco Franco.
Los estudios serios sobre salud, advierten y demuestran que este cambio es claramente perjudicial, porque trastoca la producción de cortisol y melatonina, e interfiere en el sueño y en el estrés, mientras todavía no se ha demostrado, cuantitativamente, qué energía ahorramos.
Con esto pasa como aquello que contaba Alfonso Guerra, del cuartel donde se pintó un banco, y mandaron un centinela para que nadie se sentara en el banco. La pintura del banco se secó, pero los relevos que tenían que hacer la organización de las guardias no cambiaron la orden, y hubo un centinela en el banco durante varios meses.
Iba a decir que el cambio de horario en Europa tiene los días contados, pero en la Unión Europea tardan tanto en ponerse de acuerdo que deberíamos usar la expresión «tiene los años contados». Eso sí, en España, 40 años después de la dictadura, seguimos con la hora que marcó Franco.
2 comentarios
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Queden massa coses del franquisme
Franco, Franco, madre mía, todo el santo día los de izquierdas con Franco en la boca. Al final será atracción fatal el tema.