Las alternativas de los partidos políticos se forman de dos tipos de propuestas, las incluidas en un bloque que se podría denominar ‘núcleo duro' y las que no. Por ejemplo, para Més, la defensa de la catalanidad de Mallorca sería una bandera incluida en su núcleo duro, irrenunciable, pero si propone la construcción de un metro, no. Este era su propuesta -como PSM- estrella en las elecciones del 2003 en Palma y la acabó realizando un gobierno del PP en esa legislatura, renunciando con posterioridad Més a sus iniciativas de metro hasta aeropuerto y Santa Ponça.
Entre esas banderas que diferencian a las alternativas políticas, en Baleares, ha estado tradicionalmente la del Turismo. Las opciones ubicadas en el centro derecha han tenido como bandera una postura favorecedora a este, fuese UCD, AP, PDP, UM, Cs, PP o Vox, mientras que la izquierda, con sus diferentes siglas, lleva toda la democracia hablando de otro modelo económico, y del exceso de visitantes, llegando a comentar con frecuencia que sobran turistas. Los socialistas, como centro izquierda, dicen una cosa en la oposición, acercándose al mensaje a su izquierda, aunque al gobernar, suavizan su mensaje, incluso dando un gran cambio como hicieron Armengol o Cladera: siendo ‘sensibles' a reivindicaciones de parte del sector hotelero o con la defensa de la promoción turística.
Es un dato objetivo que el número de residentes mallorquines cuya percepción de ‘agobio' respecto del número de visitantes ha ido aumentando notoriamente estos últimos años. No es un fenómeno exclusivo de nuestra Isla, en otros destinos turísticos de éxito estaría ocurriendo un movimiento similar, pasando del ‘Un turista, un amigo', al ‘Tourist go home', dejando un escenario de convivencia comprometido entre residentes y turistas, porque existe una delgada línea roja en este terreno que puede conducir a una turismofobia generalizada si desde las instituciones se da cobertura a ese mensaje indirectamente.
El cambio ‘radical' anunciado desde el gobierno de Prohens puede ser necesario después de ocho años sin tomar medidas al respecto, y que tengan que ser contundentes en el corto plazo por ello, pero se puede mover en arenas movedizas electoralmente hablando: si las medidas que se adopten suponen enterrar la bandera de sus ‘padres políticos' en materia turística, y ensalzar las de sus adversarios; si las explicaciones de las mismas no son claras e inteligibles con aquellos que viven directamente de nuestros visitantes, y de los que tengan una percepción diferente sobre esa sensación de ‘agobio'; o los que opinan que la situación de desbordamiento de las infraestructuras -sanitarias, carreteras, transporte público, educación...- ya se generan con los residentes solos.
Hay iniciativas políticas que no se esperan de según que partidos políticos -que se lo digan a los simpatizantes de Més con la autopista de Campos-, pero que una vez anunciadas no se pueden quedar como un instrumento propagandístico como refleja la película de Clint Eastwood en banderas de nuestros padres. Se debe organizar y ordenar bajo criterios de sostenibilidad social, medioambiental y económica. Con amplio consenso en las medidas estructurales.
4 comentarios
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BàmbolClaro, por eso el líder de MÉS encabezaba en diciembre una manifestación bajo el lema "Països Catalans", y ahora hay que creerse que eso no es catalanidad. Sin intención política no habría que tragar catalán. No recuerdo que nadie llame "Países Españoles" a Cuba, por seguir el ejemplo que pones. Y tampoco hay organizaciones ni presupuestos empeñados en imponer el español en Cuba, simplemente porque ese es el idioma que ya hablan allí, a diferencia de lo que intentáis vosotros en Mallorca, esa isla llena de gente que no os gusta. Y otra cosa: te recuerdo que fueron las "élites españolas" que tú nombras las que decidieron entregar las Baleares al dominio cultural catalán, por ver si con esto calmaban las ansias nacionalistas. No solo no funcionó, sino que además aquel movimiento frustrado de Madrid ha dejado a cuatro despistados como tú, clamando una consigna caducada, antihistórica y antidemocrática.
Julio, la catalanización de Mallorca es un objetivo bien asumido por el PP. Suya es la Ley de Normalización Lingüística, la Ley de Mínimos que catalaniza la escuela, la reforma del Estatut (que nunca se nos ha dado a votar, precisamente para evitarse el sonrojo del rechazo a este proceso), la ocupación de la enseñanza y la Administración por minorías radicales que solo tienen un objetivo en la vida, y que no es precisamente la enseñanza ni el bien común. El PSM que mencionas, desde los años 80, ha perdido todas las elecciones pero ha ganado el relato, que tenéis bien interiorizado en tu partido, con Marga Prohens a la cabeza. El PP ha procurado que nuestras modalidades lingüísticas no lleguen a la enseñanza (incumpliendo, de paso, el poco alivio que nos dejaba el Estatut que nos impuso La Caixa, y que obligaba a respetarlas). Insistís en llamar catalán a nuestra lengua, algo que los mallorquines no hemos hecho nunca, y con ese caballo de Troya el PP insiste en que cambiemos de forma de hablar, inconsciente de que con eso se pretende que cambiemos también de forma de pensar. El catalanismo nunca os votará, pero seguís legislando para complacerlo, encima en vano. A falta de un centralismo, nos habéis traído dos. No os riáis del PSM, porque habéis asumido completamente su discurso, mientras ellos ya abrazan el de ERC. ¿Es esa vuestra próxima estación?
Que jo sàpiga, Més (per Mallorca, per cert) no defensa la catalinititat de Mallorca, estupidesa tan grossa com defensar l'espanyolitat de Cuba, per exemple. Els cubans no són espanyols, ni ho volen ser. El que defensa és que la nostra llengua, el mallorquuí, menorquí, eivissenc i demés parles locals són llengua catalana, cosa tan evident com que el peruà és castellà o espanyol latino que diuen ara. Per què? Perque ho diuen els que en saben, els filòlegs, tant catalans com castellans, com per exemple Menéndez Pelayo que fins i tot parlava català i va lloar el renaixament del català. És una questió tancada. Una altra cosa és que a les èlits espanyoles no els interessi aquest renaixament. Ben bé al contrari. (És bo pensar que el que interessa a les èlits no interessa al poble.)
La gran majoria dels residents estam d'acord en que hem de deixar de pagar 5000 milions d'euros cada any a Espanya. Amb aquests doblers podríem tomar hotels que impedeixen la regeneració dunar. A part, podem fer com a Malta, i altres llocs de la UE, on només els residents puguin comprar vivendes