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La semana pasada, en el auditorio del conservatorio de Palma, la Fundació Studium Aureum ofreció un concierto pensado y dirigido por Carles Ponseti Verdaguer, que tituló ‘Noves Músiques’ en el que se interpretaron obras escritas por compositores vivos de diferentes procedencias y con lenguajes propios. Will Todd, Patrick Hawes y Eric Whitacre fueron los elegidos para deleitar a un público que aprovechó escuchando pasajes de una Biblia adaptada para la ocasión. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto en un concierto. Aunque tengo que reconocer que no sé cuál fue la clave que me condujo a la emoción desde el espacio de una butaca privilegiada. Seguramente tuvo que ver mi expectativa como biblista. Carles Ponseti había anunciado una fusión de estilos expresivos diferentes que combinaban una refinada línea vocal con una cuidada orquestación. Así, lo que parecía un experimento arriesgado se convirtió en un éxito garantizado. Yo, por ejemplo, fui al concierto con expectativas encontradas. Los títulos del programa parecían sacados de la Sagrada Escritura: El Señor es mi pastor, Cordero de Dios, Quédate conmigo, Señor, tomados del Nuevo Testamento. Promesa de amor, Muchas aguas, Desmayado de amor, extraídos del Cantar de los Cantares de la Biblia hebrea o Antiguo Testamento cristiano.

¡Sublime! Es el adjetivo que definió la integración de los más antiguos textos bíblicos que configuran la identidad occidental con la música contemporánea de los tres compositores vivos. ¡Magistral! Es la característica que expresa la fusión del pasado con el presente formalizada a través de una orquesta luminosa y de un coro brillante. Insuperable estuvo la soprano solista Raquel Ribas, que consiguió emocionar al auditorio. Studium Aureum ha cerrado la temporada con un éxito que puso en pie al público de Palma.