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Cuando un pincel fotografía y una cámara pinta», ese es el eslogan de la exposición de pinturas de Carlos Mascaró y Damià Coll que actualmente se puede ver en el Espai Xec Coll de Ciutadella de Menorca. A primera vista, se deduce que la cámara pinta más rápido de lo que fotografía el pincel, pero el propio Coll me dijo que para obtener el efecto de pintura en sus fotografías, aparte de los trucos técnicos de un experto, se necesitan multitud de intentos hasta conseguir esas olas del mar que parecen peinadas raya a raya, esa visión tan personal del paisaje, tan propia, que es lo bueno del arte. Observo que tanto en la obra expuesta de Coll como en las pinturas de Mascaró casi no aparece la figura humana. Entonces, para expresar los sentimientos íntimos de cada artista, hay que buscar el alma de las cosas. Eso parece más fácil en los objetos de uso cotidiano que pinta Mascaró, pero también es posible según la elección de paraísos perdidos, donde el turismo no ha hecho mella, que lleva a cabo Coll. Paisajes «silvestres» que, sin embargo, son los paisajes más civilizados que existen, puesto que nadie ha abusado de ellos. Mascaró pinta con una dedicación, una paciencia, una fidelidad a sí mismo admirables. En un bodegón, en unas hojas de laurel, en un dormitorio de tiempos pasados, la olla, el colador de aluminio, el cordón del embutido, los nervios de las hojas, la cama, las sombras de las vigas, los desperfectos de las baldosas nos hablan del paso de la vida humana o vegetal. Las costumbres están presentes sin que haya necesidad de pintar figuras -exceptuando una reproducción de La joven de la perla, de Johannes Vermeer, que nos habla de la pasión que desata su obra en Mascaró, un hombre que sabe de la soledad y el desamparo de pintar durante horas interminables en su retiro de una isla ya de por sí retirada cuando se apaga la invasión estival. En ese sentido, Mascaró podría ser el pintor de las horas de trabajo, de soledad y de los días y años que dejaron huella en los objetos y ambientes que «fotografía» con el pincel.