Hay pequeños detalles que reflejan el estado de nuestra sociedad. Aquello de las dos Españas sigue tan vigente como hace cien años. Lástima que los gabachos no ganaran en su momento para haber cambiado un poco las cosas en este país que piensa con el hígado y actúa con las gónadas. Hace unos días tuvo lugar un terrible accidente laboral en el que perdió la vida un operario que participaba en la construcción de un mirador en una montaña del valle de Boí, en Lleida. La noticia publicada en un diario de tirada nacional en su edición digital contaba con una cuarentena de comentarios. Al abrirlos uno espera leer mensajes de condolencia o sobre el lugar donde ha ocurrido la desgracia, incluso sobre la conveniencia o no de edificar este tipo de instalaciones en zonas de alto interés paisajístico. Pues no. Exceptuando uno, el resto debatían con las venas inflamadas sobre lo patético de escribir Lleida en lugar de Lérida. Decenas de ciudadanos, lectores de prensa, enzarzados en la eterna discusión sobre la normalización lingüística de los topónimos en zonas donde existe lengua propia. Qué cansinos, de verdad. Qué falta de flexibilidad, de capacidad de adaptación, de generosidad, de modernidad. Qué rancios. Qué asco. Estos son los que se cabrean cuando viajan a Camboya y se enfadan porque allí nadie es capaz de atenderles en español. La catetada más obtusa de toda la vida. No entiendo para qué leen periódicos, si ya tienen la opinión formada sobre absolutamente todas las cuestiones del universo desde que nacieron. Lo terrorífico de esto, que no tiene mayor importancia, más allá del hartazgo por la falta de convivencia entre vecinos, es que en casos extremos estas actitudes nos han llevado a una guerra.
Qué asco
Palma03/08/24 0:30
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6 comentarios
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¿Qué no hay patriotas catalanes? ¿Ni Mallorquines? Parecería que el patrioterío es implícito de Castilla, tal y como hablan muchos...E intransigentes conozco de muchos.
La intolerància és una mostra de curtor. Un bon exemple són els intransigents amb les cultures no castellanes d'espanya, van de patriòtes i són els que rompen espanya
WastelandBueno, al menos las fiestas de moros y cristianos, aunque diga que no tienen sentido, son comunes para las dos españas, y aunque las más famosas son las de levante, se celebran por todo, incluso en Galicia y en Euskadi.
Jaja se dice London no Londres, es que no se puede con la ignorancia. Lo de la banderita es sin duda bajo coeficiente intelectual. Es por eso que hay mucha gente en este pais que no comparten los cuatro valores de ser un buen patriota, ya que los que si están orgullosos de su patria demuestran mucha bajez; en lo lingüístico, en la suciedad, en el tono de voz en publico, el hacerse el listo y pasar por encima del otro y muy poca educación familiar y sobre el mundo en general. Es por eso que usted se refiere a las dos españas. Una que abarca mejores valores de otras culturas y otra que siente el estancamiento con orgullo. Quizás que se tome tanto alcohol no es buena señal. Que se hagan fiestas como la de moros y cristianos no tiene sentido actual. Aunque el complejo de español cateto y bajito (dictador dirigente de un país) va dejándose de lado, el fútbol y la politica encapsulan a muchas familias de este pais como en otros muchos donde si crecen enfermedades, obesidad, alcoholismo, odio a lo diferente= vidas cortas sin input alguno ni en la calle de su pueblo. Gente que lo que aporta es a que en general se viva mediocremente.
A la guerra nos llevan las élites que se han apropiado del poder y hacen todo lo posible para mantenerlo dividiendo a la sociedad en dos bandos, como han hecho siempre los nacionalistas, los comunistas y los socialistas. Los mismos partidos que, cuando ya tienen su ejercito de enchufados y apesebrados, no quieren soltar el poder ni con agua caliente, importándoles más mantenerse en él a toda costa que los intereses generales. Los que nos llevan a guerras son los partidos políticos al servicio de ideologías maniqueas y divisivas con la fuerza incontenible del Estsdo, no los malos comentaristas de noticias.
Cierto, lo que parece indiscutible es el grado de imbecilidad al que hemos llegado con eso de la "normalización ligüistica", como si no hubiese otras cosas más importantes que solventar.