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Durante la dictadura, dos de los caídos de la Guerra Civil más glorificados en Mallorca fueron los hermanos Barbará. Recibieron múltiples homenajes y pusieron su nombre a calles de varias localidades. Una de ellas era la emblemática vía donde estaba la antigua casa del pueblo de Palma, junto al cine Augusta. Siempre se pensó que uno murió por fuego amigo y el otro en un bombardeo. Sin embargo, la familia asegura que el primero fue asesinado.

Juan y José Barbará Puig pertenecían a una familia acomodada de Palma. Su familia había hecho dinero en Cuba y era propietaria de la dársena de Can Barbará. Ellos estudiaron en el Colegio La Salle y tenían 20 y 25 años, respectivamente, y una hermana pequeña, Isabel. Fueron militantes de primera hora de Falange y del Sindicato Estudiante Universitario (SEU), y como tales se sumaron al golpe militar. El 19 de julio de 1936 el ejército y simpatizantes de derechas tomaron las calles y su destino fue uno de los puntos más importantes: la plaza de Cort.

Como explica el historiador Tomeu Moragues, a las pocas horas se vieron envueltos en un tiroteo muy confuso. Una versión apunta a que militares confundieron la bandera roja y negra de Falange con la anarquista. El trasiego de grupos creó demasiada tensión y de repente sonó un disparo. El hermano pequeño, Juan, fue alcanzado en el pecho y murió en el acto. Fue el primer muerto de la Guerra Civil en Baleares.

Durante varios años creyeron que el autor había sido un militar. Sin embargo, en 1942 la familia supo la verdad. Según su sobrino, el prestigioso urólogo Mariano Rosselló Barbará, el que le mató fue un carabinero leal a la República que le disparó desde la calle Colom. «No fue fortuito, fue un asesinato», asegura. El carabinero les pidió perdón a través de un sacerdote de la Catedral. La familia, que era muy católica, se lo concedió.

La muerte de Juan aquel 19 de julio enardeció los ánimos de los falangistas que dispararon sobre el primer coche que vieron e hirieron de muerte al capitán de Artillería José Puch Nos. Esta vez la causa sí que fue fuego amigo.

El hermano mayor, José, murió menos de un mes después, durante la Batalla de Mallorca, cuando un hidroavión republicano bombardeó su posición en Porto Cristo. Él buscó refugio bajo un camión y una de las bombas le cayó justo encima.

Los hermanos se convirtieron en leyendas. Los actos de Falange comenzaban citando sus nombres y el público respondía con un sonoro «¡presente!». La dictadura compensó a la familia con un estanco en s'Arenal de Llucmajor, donde tenían una finca en primera línea de playa. Años después, la última hermana Barbará, Isabel, moriría prematuramente por una infección, y la madre, Margarita Puig Bosch, vivió sus últimos años con la profunda tristeza de haber perdido a todos sus hijos.

La democracia retiró todas las calles dedicadas a los ‘hermanos Barbará'. La última que resistió fue la de s'Arracó (Andratx), que se cambió en 2021. Los descendientes de Isabel, los urólogos Mariano Rosselló (padre e hijo), todavía conservan la camisa de Falange de Juan, agujereada por el disparo y llena de sangre, así como el casco de acero y la zapatilla destruida por la metralla que calzaba José Barbará el 17 de agosto de 1936.