TW
0

Estos últimos meses, pero especialmente de un tiempo a esta parte, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le han explotado varios casos de esos incómodos y tuerce el gesto cuando le preguntan por alguno de ellos. Haría bien Sánchez en aprender del que fue su hombre de confianza, José Luis Ábalos, cuya respuesta cuando le interrogó Ana Pastor en La Sexta por la cita que mantuvo con Delcy Rodríguez en el aeropuerto de Madrid, contestó sin el menor atisbo de duda: «Yo no he tenido una reunión, he tenido un encuentro, que básicamente fue un saludo». Brillante. El otro día lo puse en práctica a ver qué tal me iba. Llegué a casa tarde tras una pachanga de fútbol de gente de la cuarta edad balompédica, algo que siempre termina con lesiones de larga duración, por lo que en el hogar no son bienvenidos estos partidos entre dinosaurios. Me defendí a lo Ábalos. «Yo no he jugado un partido, he ido solo media parte y básicamente el entrenador no me puso». No fui convincente. Lo probé de nuevo tras llegar tarde de una cena con un amigo que se alargó en el tiempo. «Yo no he tenido una cena, ha sido una picadita, que básicamente fue un café». Tampoco coló. A Pedro Sánchez cuando le pregunten por Ábalos puede responder a lo Ábalos, que recordemos fue solo su número 2, pero como en asuntos de números es fácil confundir, igual hasta sale airoso: «¿Qué tiene que decir del caso Ábalos, presidente?». «Yo no le conozco, tal vez tuve algún encuentro, que básicamente fue un saludo» y a por otra cosa. Conociéndole no descarten escuchar esto de su boca el día menos pensado. Que a mí no me funcionara ni con el partido que no fue partido ni con la cena que no fue cena no quiere decir que a él no le sirva eso del ministro que no se acuerda que fue su ministro.