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El titular de este artículo es duro pero es lo que está pasando. E intentaré explicarlo ya que lo que pasa en el Parlament de les Illes de Balears muchas veces se quedan dentro de sus paredes sin que la ciudadanía lo entienda.

A parte de la desafortunada noche del 13 de julio donde Vox nacional rompió unilateralmente el pacto en Baleares entre PP y Vox en todas las comunidades autónomas y por ende en Baleares con una excusa que no pertenece a las competencias del Govern sino a los Consells insulares, la deriva muy equivocada del grupo parlamentario de Vox ha llevado a que no se derogue la ley de memoria democrática, una de las iniciativas del pacto que aún seguía viva.

Y todo se precipitó cuando hace unas semanas, habiendo pactado con Vox la votación de sus enmiendas en sentido negativo, el PP se equivoca y las vota a favor. Es aquí cuando la cortesía parlamentaria y la lealtad entre dos partidos que están condenados a entenderse para que no vuelva la izquierda, el grupo parlamentario de Vox se niega a que se vuelva a votar para enmendar un error claro sobre enmiendas ya pactadas.

Es aquí cuando se rompe todo y Vox hace uso de un oportunismo político para arremeter contra el PP con un triunfalismo sobre un error humano. Ni desde la ética y desde la política se puede hacer tacticismo para beneficio propio. Sería licito que Vox saliera como ganador si después de haber negociado hubiera conseguido cambiar políticas pero nunca sobre un error humano que se ha producido muchas veces en el Parlament y que se ha subsanado siempre con la repetición de dicha votación.

Y así las cosas el PP tiene que rectificar dicho error en la votación y viendo como Vox sigue en su falso triunfalismo y su tacticismo político, pacta con la izquierda a cambio de la derogación de las enmiendas, la no derogación de la ley de memoria democrática.

Creen ustedes que por puro oportunismo político de Vox, una nefasta ley sobre la memoria democrática que intenta reescribir la historia con su ideología, no va a ser derogada cuando ya se había conseguido el apoyo del Partido Popular.

Al final diga lo que diga Vox, este partido acaba de regalar la legislatura a la izquierda que va a conseguir no derogar esta nefasta ley.

Y todo por no reconocer un error humano en una votación que ya sabían que perderían.

En política no cabe todo y jugar de esta manera es desconocer, mejor dicho despreciar, los verdaderos problemas de los ciudadanos y de la familias. O sea la desconexión absoluta no solo con sus votantes sino con la ciudadanía en general.