El homicidio de Vinicio, aplastado por un coche en una fiesta
En la madrugada del 15 de julio de 2006, una fiesta de unos inmigrantes ecuatorianos en una finca de Sencelles acabó de forma dramática: uno de los participantes, Segundo Marcelo, de 48 años, atropelló mortalmente a Frangil Vinicio Jiménez Barzallo, de 30, con el que acababa de discutir violentamente. El acusado siempre sostuvo que había sufrido un miedo insuperable porque la víctima se dirigía hacia él con un punzón. Esta es la crónica de un crimen que años después se saldó con una condena mínima porque se desechó la posibilidad de un asesinato y el jurado popular determinó que era un homicidio imprudente.
La vida de película de Ramon Llull
Empezamos la temporada de 2024 con un episodio digno de escuchar para todos los mallorquines, con las aventuras y desventuras del gran genio que ha dado la Isla: el mítico, perseverante y adelantado Ramon Llull.
El asesino que siempre reía
Ocurrió en la fría madrugada del 16 de enero de 2005, en los apartamentos 'Los Cipreses' de Cala Ferrera, en Cala d'Or. Una joven eslovaca llamada Verónica Kovalovska, de 26 años, cayó mortalmente del segundo piso en el que residía con su novio, un jienense llamado Pedro José Carmona, de 29. Él sostuvo que la chica, muy alterada tras una discusión y bajo los efectos del alcohol, saltó al vacío, pero la implacable investigación de la Policía Judicial de la Guardia Civil y del forense Javier Alarcón lo desmintió: la extranjera había sido asesinada a golpes y después arrojada desde el balcón, para asegurarse de que no sobreviviría a las heridas. Esta es la crónica de una investigación que demostró que el crimen perfecto no existe.
María Dolores Santiago, emparedada durante 29 años
El 30 de junio de 2005, de forma casual, unos obreros que trabajaban en unas reformas en un hotel de La Bonanova descubrieron el cadáver de una mujer, enterrado bajo la piscina, en un lugar inaccesible y en una postura imposible. En ese momento, los investigadores todavía no sabían que se trataba de María Dolores Santiago Palenzuela, una granadina de 53 años asesinada hacía 29 años por Pep el mallorquín, su amante casado. Esta es la crónica de una trepidante investigación del Grupo de Homicidios que llegó a cribar a 1.200 personas para identificar los restos y que investigó a 294 trabajadores para dar con el asesino.
El pasado de la Plaza Mayor de Palma
Esta semana venimos con curiosidades históricas marcadas por la actualidad. El Ajuntament de Palma ha informado que baraja abrir el túnel que conecta la Plaça Major con el Parc de la Mar. A colación de esto, traemos a la palestra la interesante historia de la Plaça Major, un enclave de Ciutat por el que todos habrán pasado, pero sobre el que pocos conocen toda su historia.
Gregorio González, obsesionado con los celos
«He apretado demasiado el cinturón». Gregorio González Pozo, un basurero de baja de 45 años, vivía obsesionado con los celos. No podía soportar que su mujer, Josefa Rodríguez Fernández, quisiera separarse de él y que chateara con otros hombres por Internet. El maltratador, un 25 de agosto de 2005, atacó a su esposa en el dormitorio conyugal y la asfixió con su cinturón. Luego llamó a la policía y confesó el crimen. Esta es la crónica de un asesinato que conmocionó a los vecinos del Vivero, en Palma, y que se saldó con una condena de 15 años de cárcel para el homicida.
El último gran terremoto que sacudió la Isla
En el episodio de esta semana nos trasladamos a la primera mitad de 1800, cuando la Isla se vio no una sino hasta cinco veces sacudida por fuertes temblores de tierra, el último, el de mayor gravedad del que se tiene constancia y que acabó con el colapso de una de las torres de La Seu, entre otras muchas edificaciones...Esta es la historia de aquellos terremotos que atemorizaron a la población mallorquina de la época.
Doble crimen en Can Pastilla
Eran las nueve y media de la mañana del 15 de mayo de 2001. Sebastià Arbona Mayol, un exmilitar y exhotelero de 84 años, llamó a la centralita telefónica de la Policía Local de Palma y anunció que acababa de matar a su mujer, Antonia Gelabert Llompart, de 78, y que se iba a quitar la vida. Lo que hizo nada más colgar el aparato. Al jubilado le habían diagnosticado un cáncer de pulmón terminal y su esposa padecía alzheimer. Esta es la crónica de un homicidio que conmocionó a los vecinos de Can Pastilla, donde la pareja era muy querida y apreciada.
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