Era una de las noches más importantes del año, por no decir la más importante. Casi medio millar de personas se incluían en una lista de invitados que abarcaba a las personas más relevantes de diversas áreas de la sociedad balear como las letras, las artes, la ciencia, la empresa, la banca, y un largo etc. La terraza de Son Termes acogía a los invitados de la Gran gala de los Siurells de Plata 2019 que iban llegando a la luz de la luna. En el exterior, la torre de Son Termes reflejaba la silueta del Siurell de Plata, el icono de la noche, la representación de la excelencia.
Entre los invitados a la gran gala no faltaron las primeras autoridades de la Isla, encabezadas por la presidenta del Govern, Francina Armengol; la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera; el alcalde de Palma, José Hila; y el presidente del Parlament, Vicenç Thomàs. La iniciativa de recuperar los Siurells de Plata de Ultima Hora fue ampliamente aplaudida como una fórmula para reconocer la trayectoria y el trabajo de personalidades de la Isla en beneficio de la sociedad.
Llum Barrera, magnífica maestra de ceremonias, fue la primera en recordar, y no la única, que los Siurells de Plata de Ultima Hora se remontan al año 1965. Los nombres de muchos de los premiados en el pasado presidían las diferentes mesas de invitados a modo de homenaje, una manera de traerles al presente para compartir con todos esta gala que recupera unos premios con gran solera que habían vivido un paréntesis desde el año 2007.
La fiesta se preveía solemne y amena a la vez. Las cálidas luces, la ligera neblina y la decoración elegante, todos los componentes que envolvieron la gran gala contribuyeron al éxito de la velada. Aunque la Navidad parece cercana, la temperatura de esa noche debió confundir a los invitados. Ya se sabe, en otoño ‘una no sabe qué ponerse’. Las lentejuelas no brillaron esa noche. Llum Barrera estaba radiante con un vestido largo de escote estampado de la tienda Etxart&Panno (c/ Vilanova 8, Palma). Vestidos de flores, como el de Miriam Baena, esposa de Gabriel Tous, o el de María Antonia Ramis, de la compañía Vueling, con falda de ‘Ted Baker’, el vestido floreado de Rosa Vanrell, que vistió de ‘Valentino’ a su hija adolescente; azules klein tan de moda este verano que ya ha terminado, que lucía con soltura la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, o fucsias en vestido y complementos, como el de Alejandra Salvá, que llegó con Rafel Ferragut, propietarios del Auditorium de Palma, pusieron la nota de color.
El negro, ya se sabe, es adecuado para los eventos de noche y, por supuesto, de negro vistieron la mayoría de invitadas. Sin embargo, y contra todo pronóstico, iluminó el ambiente el inmaculado blanco de muchos looks de temporada. Carmen Planas, presidenta de CAEB, de blanco impoluto de ‘Twin-set’, aseguró que «en Italia es el color de moda». La figura de Planas brilló como siempre entre la concurrencia. Isabel Hernández, de Gerencia Balear de Medios, con blusa blanca y navideña falda plata y blanco, tampoco pasó desapercibida, mostrándose como una elegante invitada a un evento muy especial. Blanco fue el color que, combinado con negro, escogió la homenajeada con el Siurell de Honor Pere A. Serra, Rosa María Regí, de la Clínica Rotger. La elegancia la caracteriza y la hace destacar en todos los eventos a los que acude.
Los hombres vistieron con serenos looks adecuados para la ocasión. Las corbatas las lucieron, la mayoría, en colores oscuro de noche de premios. Algunos, más osados, se decantaron por el rosa tan de moda en la planta de hombres de cualquier establecimiento, combinada con marrón en el caso de Xisco Mulet, presidente de Aviba. La mayoría aseguró que «me las compra mi mujer». De nuevo luz de hielo y neblina que confundía. En la memoria de todos estaban presentes grandes hombres de la historia de este diario. Recordé memorables celebraciones organizadas por Pere A. Serra y las palabras de Pepe Tous: «Los siurells serán una competición de popularidad». Quizá de celebridad, de excelencia. Evocando el ayer, la melancolía se difuminó en la acogedora niebla.