Un ciudadano extranjero, de 39 años de edad, se sumó ayer a la
larga lista de personas que han muerto en Palma víctima del consumo
de sustancias estupefacientes, y la primera conocida este año a
causa de la heroína.
Este hombre, que hacía años que estaba «enganchado» a la
heroína, murió en la madrugada de ayer. Apareció muerto cerca de
una reducida zona de jardines de la calle Lluís Martí, detrás de
las oficinas centrales de uno de los bancos más importantes de
Mallorca. Sin duda el hombre gastó el poco dinero que le quedaba
para inyectarse lo que también sería su última dosis de droga.
Su cadáver lo descubrió una pareja de novios que paseaba por las
Avenidas de Palma. Los dos jóvenes se habían detenido en el
escaparate de un conocido comercio de lámparas. Mientras seguían
caminando hacia las Avenidas se dieron cuenta que sobresalían unas
piernas junto a las barandillas que cubren el exterior del
edificio.
La pareja de novios corrió hasta un centro médico que está muy
próximo. El médico que estaba de guardia dejó su consulta y se
acercó al lugar que le indicaban los dos jóvenes. El toxicómano
seguía en el mismo lugar. El médico midió su pulso y comprobó su
respiración. Ya no tenía ni una cosa ni otra. Estaba muerto. Las
heridas de sus brazos reflejaban que no era la primera vez que el
hombre se inyectaba droga por las venas. Sin embargo, esa fue la
última vez.
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