El Ministerio de Defensa ha hecho efectiva la expulsión de dos
guardias civiles destinados en la Comandancia de Palma, que fueron
detenidos, uno por narcotráfico, y el otro por robo de vehículos,
según confirmaron fuentes próximas a la institución.
Uno de los agentes, de nombre Manuel, entregó el pasado jueves
su pistola y su placa y quedó completamente desvinculado de la
Guardia Civil, donde ha servido los últimos años. El guardia tiene
la posibilidad de recurrir esta decisión del Ministerio.
La expulsión de la Guardia Civil se debe a que, cuando fue
detenido, reconoció que era consumidor de hachís y que él había
acudido personalmente a comprar esta sustancia estupefaciente.
Dentro de las normas que rige el funcionamiento de la Guardia Civil
está rigurosamente prohibido que los agentes consuman sustancias
estupefacientes, y mucho menos que compren droga y no procedan a la
detención del narcotraficante. El incumplimiento de estas órdenes
está considerado como una falta muy grave, que motiva la expulsión
del Cuerpo.
El otro agente, al que hace pocos días también se le comunicó
que quedaba apartado del Cuerpo, fue detenido el pasado mes de
septiembre por el robo de una motocicleta, que le fue sustraída a
un policía local de Palma. Ésta era la tercera vez que la
Benemérita detenía al agente, de nombre Jesús, ya que antes fue
arrestado por pertenecer a una banda que se dedicaba a robar coches
de lujo y a cambiarles las matrículas. También se le relacionó con
el robo de material de construcción. Por el primer motivo el
funcionario fue sentenciado a dos años de cárcel por la Audiencia
de Palma, si bien no llegó a ingresar en prisión al serle concedida
la libertad condicional.
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