La tercera sesión del juicio por la muerte de Ana Belén Gil, que
murió asesinada en el cementerio de Palma en diciembre de 1996, se
dedicó a escuchar el testimonio de los peritos, que explicaron
detalles de la autopsia de la víctima y de la personalidad del
acusado.
Los forenses Vidal Santos y Luis Santarén se refirieron al
examen psiquiátrico que realizaron a Bartolomé Clar Camacho, que
cometió el asesinato cuando disfrutaba de un permiso penitenciario.
Los médicos consideran que el acusado es un psicópata, que actúa
con gran frialdad moral y con una mente calculadora. Los forenses
destacaron que el acusado es una persona con una inteligencia media
que se opone a ingresar en un centro psiquiátrico penitenciario.
Para los peritos, Bartolomé Clar es una persona «arrogante,
incorformista, oportunista y rebelde», características que le
provocan un trastorno de personalidad, que en ningún caso supone
una enfermedad mental. Los médicos explicaron que los psicópatas
son personas «extremadamente estables», que suelen tener un buen
comportamiento cuando están en prisión. Es una persona que
distingue el bien del mal, pero se siente «más o menos culpable,
aunque sabe que cuando mata va a ser castigado», según explicó Luis
Santarén. Los médicos llegaron a la conclusión de que este tipo de
personalidad no tiene ningún tratamiento médico para evitar que un
psicópata vuelva a matar.
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