El convoy se dirigió a Son Reus a través de la Vía de Cintura, para evitar transitar por el centro de la ciudad. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL.

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Sanitat, Medio Ambiente, EMAYA y Delegación del Gobierno se pusieron de acuerdo y, esta pasada noche, 66 vacas han sido enterradas en Son Reus.

Previamente se había arrojado cal sobre los cadáveres, que en total suman unos 30.000 kilos de carne, y los mismos fueron colocados en contenedores. Ayer noche, sobre las diez, los contenedores se cargaron en camiones. Después, ya de madrugada, 'el cortejo fúnebre vacuno' se dirigió hacia Son Reus. Allí estaba esperando un gran agujero que se había excavado por la mañana, donde se depositaron los contenedores. Para el trayecto se montó un dispositivo policial y de Tráfico de la Guardia Civil.

Ellas, las vacas, se criaron en las fértiles campiñas de Holanda y el pasado mes, en plena 'cuesta de enero', fueron cargadas en camiones y trasladadas al puerto de Marsella. Allí fueron subidas a bordo del carguero argelino 'Tlemcen' y su destino parecía estar claro. Pero un temporal hizo que, el pasado 30 de enero, el buque sufriera un corrimiento de carga y murieran 66 de las vacas. El barco quedó escorado en la idílica playa de Formentor, pero este no era tampoco el destino final de las vacas. La odisea continuó y el pasado domingo el barco llegó al Dique del Oeste. Desde entonces se ha 'disfrutado' en la zona de un pestilente perfume de esencias vacunas hasta que, anoche, los 30 mil kilos fueron trasladados a Son Reus.