La Audiencia de Palma ha fijado una indemnización de 110 millones
de pesetas para un obrero que quedó parapléjico tras sufrir un
accidente laboral en Pollença. El tribunal de la Sección Tercera
condena al propietario de la empresa constructora a abonar esta
indemnización. El arquitecto y el aparejador de la obra que se
estaba realizando han sido exculpados de cualquier responsabilidad
en el accidente. Ambos técnicos fueron defendidos por los abogados
María Mulet Perera y Antonio Cañellas Escalas, que han logrado este
veredicto de exculpación. El abogado José Manuel Domingo Albis,
representante de la víctima, ha logrado que la Audiencia aumente la
indemnización.
El obrero, de 51 años de edad y padre de cuatro hijos, trabajaba
en la obra de remodelación que se realizaba en el edificio de un
hotel, situado en la Plaça Major de Pollença. Según la sentencia,
el 16 de enero de 1996 el empresario le ordenó a su empleado que
desmontara las piezas de los peldaños de una escalera de «volta de
marés». Este trabajo se justificaba porque el dueño del edificio
quería conservar algunos materiales. La escalera debía ser demolida
al día siguiente.
La sentencia explica que mientras el trabajador estaba
levantando y reparando los peldaños, la escalera se desplomó. El
operario sufrió un fuerte golpe en la espalda. Ingresó en Son
Dureta y después fue trasladado al Hospital Nacional de
Parapléjicos de Toledo. El trabajador no puede mover las piernas y
los brazos sólo puede utilizarlos en un diez por ciento de su
función.
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