Pese a que el control de la nave estuvo un rato en sus manos, el
avión, un Boeing Jumbo 747, pudo aterrizar en el aeropuerto de
Tokio-Haneda minutos después comandado por el copiloto, quien
ayudado por otras personas pudo volver a entrar en la cabina y
desarmó al secuestrador.
Ninguno de los pasajeros ni de los otros 13 tripulantes resultó
herido, dijeron las autoridades.
Según portavoces del gobierno el comandante de la nave Naoyuki
Nagashima, de 51 años de edad y consumado piloto con 10.700 horas
de vuelo, falleció desangrado por las cuchilladas que el
secuestrador, le asestó en varias partes del cuerpo, como el cuello
y el pecho.
Testigos dijeron a las televisiones que al escuchar gritos en la
cabina entró el copiloto con varios tripulantes y pasajeros y se
encontraron al comandante sangrando en el suelo, y al secuestrador
con las manos en los controles del ayudante de vuelo. Lo
consiguieron reducir y el copiloto retomó el mando de la nave, en
vuelo errático.
«El secuestrador fue atado a una butaca con las corbatas de 15 ó
16 pasajeros», dijo el comentarista de una de las
televisiones.
Por los testimonios de los pasajeros el control del avión estuvo
unos momentos en manos del secuestrador. «El avión subió y bajó de
repente y hubo varios agudos virajes a derecha e izquierda», indicó
uno de ellos a las diferentes televisiones que suspendieron su
programación habitual para dedicarla al tema.
La policía detuvo como presunto secuestrador a un joven
desempleado de 28 años de edad, cuya identidad corresponde a la de
Yuji Nishisawa, al parecer licenciado por la prestigiosa
universidad Hitotsubashi que estaba bajo tratamiento psiquiátrico,
según la prensa.
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