Las autopsias efectuadas a los cadáveres de Xu Weidi y David
revelan que la madre intentó defenderse de los primeros ataques del
asesino. Xu Weidi presenta varias heridas de arma blanca conocida
comúnmente como 'de defensa', hasta que el asesino la consiguió
degollar. Después agredió al pequeño en el cuello, degollándolo
también.
Las autopsias se efectuaron ayer tarde en el Instituto Anatómico
Forense de Manacor y estuvieron dirigidas por el médico Javier
Alarcón.
Las causas oficiales de las dos muertes son el degüello. Las
heridas 'de defensa' de Xu Weidi se localizan sobre todo en las
manos. En una hipotética reconstrucción de los hechos se supone que
el pequeño estuvo expectante mientas el asesino trataba de apuñalar
a su madre. Cuando consiguió degollarla fue a por él, produciéndole
un gran corte en la zona del cuello. Con respecto a la hora de las
dos muertes, éstas se sitúan alrededor de las diez y media de la
noche del pasado jueves, coincidiendo plenamente con los
testimonios de vecinos que escucharon gritos, y otros que vieron a
un joven oriental que estaba merodeando por la calle.
El Grupo de Homicidios de la Policía Judicial de la Jefatura
palmesana efectuó en el primer piso de la calle Concepción número
38 un minucioso registro, en el que buscó huellas e indicios de lo
ocurrido. Con todos esos detalles recogidos, junto a la autopsia
efectuada, los investigadores han podido hacerse una idea
aproximada de los dramáticos segundos que vivieron Xu Weidi y su
hijo. Sobre el hecho de que el asesino, tras dar muerte a la
pintora, se ensañara con el niño, la policía mantiene varias
hipótesis. El pequeño no era, desde luego, un testigo inquietante,
a causa de su corta edad. Por tanto, el criminal se cegó hasta tal
punto que también acabó con la vida de David. Otra posibilidad,
empero, es que el joven oriental supiera perfectamente lo que hacía
y quisiera «eliminar» a la madre y su hijo.
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