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EFE-WASHINGTON
La secretaria de Justicia de EE UU, Janet Reno, calificó ayer de «inconcebible» el tiroteo ocurrido en una iglesia baptista de Forth Worth (Texas) cuando un hombre blanco mató a siete personas antes de suicidarse. Reno dijo que la policía está tratando de averiguar cuáles fueron los motivos que impulsaron a Larry Gene Ashbrook, de 47 años, a provocar la última masacre en una racha de muertes en los últimos meses.

La secretaria de Justicia añadió que Ashbrook no tenía antecedentes penales y que, por ahora, es un misterio los motivos del sangriento tiroteo. Ashbrook entró con mucha calma en la iglesia y comenzó a disparar a las espaldas del centenar de jóvenes y adultos que estaban congregados en la iglesia a las siete de la tarde hora de Texas. Seis personas y el pistolero resultaron muertos en la misma iglesia y un herido grave falleció durante la madrugada en un hospital de Forth Worth.

Según el teniente David Ellis, de la policía de Fort Worth, entre las siete víctimas figuraban tres adolescentes y tres adultos, quienes murieron en el acto, mientras otra persona falleció en el hospital debido a la gravedad de sus heridas. Según testigos, cuando el autor de los disparos ingresó en la iglesia, muchos de los adoslescentes pensaron que se trataba de una broma. Pero pronto tuvieron que refugiarse detrás de los bancos para evitar los disparos.