El avión apaga fuegos que cayó el pasado miércoles en aguas de Son
Serra de Marina fue rescatado ayer tarde por los investigadores,
que ahora procederán a analizar los restos para conocer más
detalles sobre la avería que lo inutilizó. Un 'llaüt' amarró ayer
tarde, a primera hora, el tren de aterrizaje y las alas del
Dromader y navegó en dirección al muelle de Can Picafort.
El aparato, tras estrellarse contra el mar, quedó destruido en
tres trozos, esparcidos en una zona de poca profundidad, junto a la
playa. La pieza principal fue arrastrada hasta Can Picafort y a su
llegada se procedió a izarla, aunque con más dificultades de las
previstas. De hecho, se necesitaron varios intentos para sacar los
restos del agua, ya que pesaban más de la cuenta y las cuerdas
utilizadas cedían una y otra vez. Al final se consiguió la maniobra
y ahora los técnicos deberán analizarlos para conocer más detalles
sobre sus últimos minutos de vuelo.
El piloto indicó que cuando se dirigía a la pista alternativa de
Sa Canova, en Artà, el aparato perdió potencia de forma súbita y no
fue posible controlarlo. Según testigos presenciales entró en
espiral y se precipitó al agua, a unos doscientos metros de la
costa. Un pescador que navegaba por las cercanías se dirigió hacia
el aparato, que todavía no había zozobrado, y ayudó a salir del mar
a sus dos tripulantes, el piloto y una mujer, cuyo estado no
reviste gravedad.
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