La detenida está en prisión por asesinato. FOTO: F.C.

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No recuerda nada. Paula V.C., la joven que en la noche del pasado jueves mató a su novio en un apartamento de Can Tàpara, en Palma, fue ayer incapaz de explicar a la juez los motivos que le condujeron a provocar esta muerte.

Paula, que tiene 19 años de edad, ingresó al mediodía de ayer en la prisión de Palma acusada del asesinato de Aurelio Blas González, que murió en el apartamento 615 del edificio Palm Beach. La orden de prisión la dictó la titular del juzgado de instrucción número 4 de Palma, Piedad Marín.

La joven, que estuvo asistida por el abogado Carlos López Clapés, no pudo contener las lágrimas cuando abandonaba el despacho de la juez y era trasladada a la prisión de Palma. Paula atravesó todo el pasillo del juzgado agarrada a sus padres, que se mostraban muy afectados por lo ocurrido. «Papá ayudamé», manifestó a sus padres, que le mostraron todo su apoyo y comprensión.

Su abogado explicó que Paula tiene la mente bloqueada desde que descubrió que Aurelio Blas yacía muerto en la cama del apartamento. La juez tuvo problemas para tomarle declaración, porque la joven se mostró muy nerviosa y rompió varias veces a llorar. La magistrada pidió a la madre de Paula que entrara en su despacho para que tranquilizara a su hija, y de esta forma poder concretar como se habían desarrollado los hechos.

La mujer señaló al juez que hacia un mes que ya no vivía con Aurelio, pero que seguían viéndose porque se llevaban muy bien. No habían tenido ninguna discusión grave, pero ella había decidido poner fin a su relación por la diferencia de edad que existía entre los dos (su novio tenía 36 años, estaba separado y era padre de dos hijas) y porque era un noviazgo que no agradaba a su familia. El día de los hechos el hombre acudió a su apartamento e insistió en verla. Ella aceptó que subiera. Paula sólo recuerda que después fueron a un bar y que allí tomaron varias copas y cocaína.

Sin que pudiera concretar el momento exacto, la mujer explicó sollozando a la juez que se quedó dormida y que, al despertarse, descubrió que había matado a Aurelio, quien yacía sin vida sobre la cama con un cuchillo clavado en el corazón.