Nuevos seísmos causaron ayer al menos otros 13 muertos,
explosiones, cortes de electricidad, el derrumbamiento de varios
edificios y más dificultades para el rescate de los damnificados,
especialmente en los distritos de Nantou y Taichung, situados en el
centro de Taiwán.
A las 07'52 hora local un seísmo de 6'8 grados en la escala de
Richter provocó nuevas víctimas mortales y cientos de heridos, y
casi seis horas después un nuevo movimiento telúrico, esta vez de
4'9 grados en la misma escala, sembró de nuevo el pánico entre la
población.
La isla se encuentra bajo estado de emergencia, declarado el
sábado por la noche por el presidente taiwanés, Lee Teng-hui, para
facilitar la recaudación y canalización de fondos hacia los
damnificados y las labores de reconstrucción, especialmente en los
distritos centrales.
El fuerte terremoto de primera hora de la mañana de ayer volvió
a castigar las zonas montañosas del centro de Taiwán, donde se
desplomaron un edificio de 12 plantas en la localidad de Minchian,
una escuela en Puli y otros inmuebles en varias ciudades más de la
zona.
Los vecinos de Minchian, en el distrito de Nantou, señalaron que
no todas las familias habían evacuado el edificio derrumbado y que
algunas insistían en recoger sus enseres, a pesar de que los
cimientos de la vivienda estaban seriamente agrietados.
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