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Dos delincuentes entraron de noche en una casa de Palma y dejaron atada y amordazada a su moradora sobre la cama, para poder registrar la vivienda sin riesgos.

Su ex marido, con el que mantiene una buena relación, acude a diario a la vivienda, a primera hora de la mañana, para sacar a pasear el perro. El lunes, a las 7'30 horas, llegó y se encontró con la puerta de la vivienda abierta. El comedor estaba revuelto, los cojines del sofá en el suelo, un cajón junto a la puerta y, en definitiva, reinaba un gran desorden en toda la dependencia. Lo primero que le vino a la cabeza es que se había entablado una pelea, pero se extrañó de no oír a nadie. Al entrar en el cuarto de su ex mujer la sorpresa fue mayúscula. Se la encontró sobre la cama, con ambas manos atadas con un cable eléctrico al cabezal, una mordaza y una tela sobre los ojos.

Cuando la liberó, estaba tan nerviosa que sólo acertó a explicar que dos individuos habían entrado en la casa con la intención de robar. Ella, al escuchar ruidos, pensó que se trataba de algunos de sus hijos, pero los delincuentes llegaron a la habitación y la maniataron. Luego sustrajeron 39.000 pesetas. El Grup Operatiu del cuartel de San Fernando ya ha iniciado gestiones para localizar a los dos ladrones.