El marido de la mujer que en la noche del martes fue atada a su
cama por dos delincuentes, en Camp de Mar, ya fue apuñalado en
julio en Peguera y parece que se encuentra amenazado de muerte.
Se trata de un alemán dueño de un comercio en Santa Ponça, que
ha tenido que contratar los servicios de un «guardaespaldas». En la
tarde del martes la mujer del empresario descansaba en su lujoso
chalet de la calle Can Borino. Dos delincuentes, armados con una
barra de hierro y una pistola, entraron por la cocina y ataron a la
mujer, a la que sorprendieron durmiendo. Durante media hora
registraron la vivienda y le advirtieron que volverían para matar a
su esposo. La Guardia Civil cree que se trata de un ajuste de
cuentas por dinero.
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