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No se conocen quejas de los usuarios por razones obvias y que a nadie se le escapan, pero sí de los propios trabajadores y de alguna que otra autoridad y colectivo. Se trata del Instituto Anatómico Forense de Palma, donde se efectúan las autopsias a las muertes clasificadas en principio como judiciales. Las instalaciones cuentan con cámaras frigoríficas con capacidad para quince cadáveres, pero varias de las cámaras no funcionan y la capacidad se reduce ahora a nueve. Con demasiada frecuencia se da también el caso de que, las que funcionan, se averían en el sistema de refrigeración. En la sala donde se efectúan las autopsias hay tres mesas, de mármol, con un agujero por donde caen los líquidos de los cadáveres. Los líquidos van directamente al suelo y se canalizan hacia otro agujero, que a su vez desemboca en un 'pozo negro'.

En el suelo de la sala se pueden ver manchas de los citados líquidos. Los trabajadores notan también a faltar utensilios y material adecuado para efectuar bien el trabajo, entiéndase material homologado. Esta 'carencia' de medios ha sido denunciada en ocasiones. En una de ellas la persona que formuló la queja fue el cónsul de Gran Bretaña en Palma. A raíz de la misma se compraron unas palanganas y otra serie de objetos, que en realidad no han hecho más que 'amortiguar' levemente, muy levemente, el aspecto interior del centro.

El Instituto Anatómico Forense de Palma está situado en un edificio anexo al cementerio municipal. Es propiedad del Ajuntament y lo tiene alquilado el Ministerio de Justicia, por lo que en principio se entiende que el responsable de solucionar buena parte de las deficiencias en el edificio sería el Ajuntament.