Mañana lunes se inicia en el Juzgado de Inca un juicio por uno de
los casos que ha levantado más polémica en los últimos años. Se
trata de la muerte de un niño atacado por un perro en Can Picafort.
El juicio, que presidirá el juez Carlos Izquierdo, se celebra
contra Alfredo Cordero, el dueño de «Copi», un perro de la raza
dogo argentino que fue sacrificado tras producirse el ataque.
El juicio será largo y tenso. Está previsto que dure dos días y
están citados a declarar más de 40 testigos, según han señalado
fuentes judiciales. Alfredo Cordero está acusado de un delito de
imprudencia temeraria con resultado de muerte. Se le acusa, no de
haber provocado la muerte del pequeño José Miguel Hiralgo, sino de
no haberla evitado. Mientras que el fiscal solicita que sea
condenado a un año de prisión, los padres del niño muerto piden que
se le condene a cuatro años de prisión.
Ambas acusaciones mantienen que el propietario del animal lo
amaestró para que fuera agresivo. Muestra de esta agresividad es
que el perro, en el mes de septiembre del año pasado, se escapó de
su casa, entró en el colegio de Can Picafort y atacó a dos niños.
Sin embargo, el ataque más grave ocurrió en el mes de febrero. El
dueño del animal, según ha afirmado, tenía intención de sacrificar
al can, pero alguien le dijo que no lo hiciera porque había un
juicio pendiente por el ataque en el colegio.
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