«Hubo un momento en que pensé que no lo contaba». Juan Morey Ques,
un joven de 18 años vecino de Son Cladera que ayer por la mañana
fue atacado por cuatro perros, se recupera en Son Dureta de las
heridas. El muchacho trabaja en el almacén de un gran centro
comercial del polígono de Son Castelló y ayer, a eso de las siete
de la mañana, salió de su casa en bicicleta y se dirigió a su
puesto de trabajo, siguiendo el itinerario habitual. Cuando
circulaba por la calle San Marcos detectó que cuatro perros de gran
tamaño se acercaban a él, en actitud hostil.
Juan intentó acelerar para dejarlos atrás, pero los canes se
abalanzaron sobre sus piernas y provocaron que cayera al suelo. El
muchacho recibió numerosos mordiscos en las extremidades inferiores
y comenzó a gritar pidiendo auxilio. A duras penas consiguió llegar
hasta un coche estacionado y, ensangrentado, se subió al techo,
para librarse del salvaje ataque. Luego se refugió en un portal
próximo, donde casi pierde la consciencia y unos testigos
presenciales dieron aviso al 091. Una patrulla del Cuerpo Nacional
de Policía vigiló que ningún viandante se acercara a los perros,
que continuaban merodeando por las proximidades.
El personal médico de una ambulancia se hizo cargo de la
víctima, que fue atendida en primera instancia en el rellano de la
finca, y luego la trasladó hasta la residencia sanitaria de Son
Dureta. Juan se quejaba del dolor y el pantalón del chándal que
vestía quedó destrozado por los mordiscos. Los facultativos le
aplicaron un gran número de puntos de sutura en las piernas, ya que
presentaba desgarros severos y constataron que había perdido una
gran cantidad de sangre. Algunos testigos informaron que los perros
que lo habían atacado vigilan una chatarrería próxima, por lo que
los funcionarios se encaminaron hacia ese solar para confirmar tal
extremo.
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