Interpol dictó una orden de detención contra el empresario que,
sin embargo, no fue localizado. El caso es que Günter Schneider
propuso a Juan Ch. ser su administrador en España y, en concreto,
le habló de la compra de una gran finca en Capdepera, Ses Set
Cases. El alemán presentó una serie de documentos y se las ingenió
para hacer creer al español que disponía de mucho dinero en
efectivo.
Juan Ch. aceptó y se llevó a cabo la compra de Ses Set Cases por
parte de la empresa Consulting SL. Pero parece ser que el dinero
que decía Schneider poseer no aparecía, y el español tuvo que ir
desembolsando cantidades importantes, e incluso ir hipotecando
bienes para hacer frente a los gastos. Después de la compra se
contrataron los servicios de un constructor, de orígen griego, para
que llevara a cabo una serie de reformas en la finca, estando
incluso en proyecto la construcción de un campo de golf. Para ello
llegaron a la finca una veintena de obreros, ilegales, de
nacionalidades rusa, yugoslava y portuguesa (o griega). Las obras
comenzaron pero al cabo de un tiempo estos obreros se quedaron sin
cobrar las mensualidades.
Juan Ch. vivía entonces una situación económica que definía como
desesperada e intentaba por todos los medios la aportación de
dinero de Günter Schneider. En marzo de 1994 (quizás 1995), el
empresario alemán se citó con Juan Ch. en Barcelona. Schneider
viajó desde Leipzig hasta la Ciudad Condal con un vuelo de
Lufthansa. El viaje lo efectuó con la que era entonces su amiga,
Wanda, una mujer nacida en Bulgaria, con residencia en Viena y al
parecer casada. Günter Schneider se entrevistó con Juan Ch. y con
su compañera sentimental, Antonia C., una mujer italiana. Schneider
llevaba en un maletín la cantidad de 300 mil marcos alemanes y,
según dijo después Juan Ch., le comentó que con este dinero haría
frente a una serie de gastos y dijo que tenía que entrevistarse en
Barcelona con el empresario griego. Días después Juan Ch. se
desplazó desde Barcelona a Leipzig con el turismo propiedad de
Schneider, un BMW Diesel-25, de color negro y con matrícula de
Dusseldorf. Según el español, Günter se había quedado en Barcelona
pero del mismo nunca más se supo. Pocos días después, familiares de
Günter Schneider denunciaron su desaparición ante la policía
alemana.
Se iniciaron una serie d egestiones pero se dio con el paradero
de Schneider, hasta que hace pocos días fueron localizados sus
restos en Capdepera. La finca de Ses Set Cases fue después
adquirida por una empresa de Capdepera, y finalmente por un
ciudadano alemán.
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