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Los dos rusos detenidos el pasado verano en s'Arenal con una bomba y una pistola con silenciador, aceptaron ayer cumplir una condena de cuatro años de prisión. Jurij Bechtold y Gennady Grintsov (el primero de ellos con pasaporte alemán pero nacido en Rusia) fueron ayer juzgados por el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Palma. La Fiscalía les acusaba de los delitos de tenencia de armas y de explosiones, por lo que les reclamaba una condena de seis años de prisión para cada uno de los detenidos. Antes de iniciarse el juicio la fiscal Dolores Rodríguez y los abogados Juan Carlos Peiró y Gaspar Oliver alcanzaron un acuerdo. El fiscal rebajaba de seis a cuatro los años de cárcel a cambio de que los acusados se declararan culpables. En el juicio se leyó el relato de acusación de los hechos, que tanto Bechtold como Grintsov reconocieron.

Los dos presuntos miembros de la mafia rusa fueron detenidos en la tarde del día 27 de agosto del pasado año. Habían llegado a la Isla tres días antes. Alquilaron un coche. La Guardia Civil les detuvo por casualidad. Una patrulla de s'Arenal vio un vehículo de alquiler realizando una maniobra extraña en el aparcamiento de un parque. La patrulla se acercó a los ocupantes y les obligó a bajar del coche. Debajo del asiento del copiloto, en el que se sentaba Gennady Grintsov, se localizó una bolsa. Dentro había un artefacto explosivo y una pistola de fabricación italiana, con un silenciador. La bomba estaba compuesta por carga explosiva (utilizada habitualmente por los militares), un detonador con pilas, un cableado y un radiomando. El artefacto estaba preparado para explotar. Ninguno de los dos detenidos ha querido declarar ni ante la Guardia Civil ni ante el juez. Han mantenido silencio y no han querido indicar dónde iban a colocar el artefacto explosivo. Sin embargo se sabe que los dos forman parte, presuntamente, de la mafia rusa y que habían viajado a Mallorca por encargo y para actuar contra algún objetivo marcado por la organización. Apenas se ha podido averiguar información sobre estos dos individuos, puesto que su detención fue casual. Debido a ello no se les pudo someter a un seguimiento para averiguar sus movimientos y sus contactos en la isla de Mallorca.