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Doce fines de semana de arresto es la condena que se le ha impuesto a un hombre que se despreocupó por su hija de dos años de edad y la entregó a una familia, que no conocía de nada, y que vivía en Palma en unas condiciones de higiene lamentables. El acusado no podrá ejercer la patria potestad durante cinco años. Juan Andrés Domínguez Muñoz fue abandonado por su mujer, que le dijo que no podía hacerse cargo de su hija. El acusado trabajaba como albañil y su horario, según la sentencia de la Audiencia, no le permitía atender a la niña. Resolvió el problema entregando a la pequeña a un matrimonio, que residía en la calle Vallori, y del que sólo sabía que «eran buenas personas», sin conocer nada más de su vida ni de su situación. La niña vivió con esta familia durante más de dos meses. El inmueble donde estuvo residiendo carecía de las más mínimas condiciones higiénicas. La niña fue rescatada por la policía el día 19 de marzo de 1998, que acudió a petición de los vecinos. La menor fue hallada plagada de parásitos, empapada de orina y temblando de frío. Al margen de esta situación física, presentaba un retraso en el lenguaje, debido a que no se le estimulaba para que hablara. También padecía una deficiente nutrición.

El tribunal dedica toda clase de críticas al acusado, que se despreocupó por completo de la niña, a la que no visitó ni una sola vez, ya que sólo la veía en ocasiones por la calle cuando la pequeña salía a pasear. Los jueces mantienen que el acusado no demostró jamás sus más primarios instintos como padre, que ni siquiera «el nivel cultural o situación económica puede acallar».