Las copas de más que ingirió en la noche de ayer un conductor
colombiano estuvieron a punto de costarle la vida a él y a sus
acompañantes. El coche que pilotaba se estrelló a una velocidad
endiablaba contra un contenedor de una obra, en Can Pastilla, y
provocó daños a dos coches estacionados, propiedad de sendos
vecinos de la zona.
Minutos antes de las doce de la medianoche la calle Virgilio de
la Platja de Palma estaba casi desierta, a excepción de algunos
viandantes que regresaban a sus casas. De improviso, un turismo
Peugeot 309, con placas de matrícula PM-BS, irrumpió a toda
velocidad en la calzada, una recta con una ligera curva, frente al
club náutico. Los pocos testigos presenciales del siniestro
comentaron que «se venía venir que se iba a estrellar, porque el
coche iba de lado a lado».
La colisión, en efecto, se produjo a la altura del restaurante
Capricho y ocasionó un gran estrépito. El Peugeot rozó primero a un
Fiat 1 estacionado en el margen derecho de la calle; acto seguido
se empotró contra un contenedor cargado de escombros, que a pesar
de su robustez se movió y aplastó la parte trasera de una furgoneta
Seat Inca. El Peugeot, por su parte, giró sobre si mismo a
consecuencia del impacto y sus ocupantes -que según testigos
presenciales eran 3 ó 4- quedaron conmocionados en el interior del
habitáculo destrozado. El coche bloqueó por completo la calle y la
Policía Local tuvo que desviar el tráfico hasta que una grúa lo
retiró.
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