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Un niño de cinco años llamó por teléfono en la madrugada de ayer al servicio de ambulancias del 061 de Palma porque se encontraba solo en su casa, mojado, con las ventanas abiertas y con una temperatura en el exterior de cinco grados.

La llamada se registró a eso de las 02.00 horas y los servicios sanitarios traspasaron el tema a la Policía Local. Una patrulla del 092 acudió a la vivienda, cuya ubicación no ha sido facilitada para garantizar el anonimato del menor, y se encontró al pequeño solo, vistiendo ropa de calle, sin zapatos y con los pies mojados. El niño temblaba continuamente y estaba aterido de frío.

La criatura, por iniciativa propia, contó a los agentes que cada noche se quedaba solo en casa, ya que sus padres se ausentaban, en el caso del progenitor porque trabaja «en un lugar muy lejos de aquí». Los funcionarios echaron una ojeada a la casa y constataron que estaba desordenada y sucia; las ventanas, además, estaban abiertas y en la calle la temperatura era de sólo cinco grados.

Mientras todo eso pasaba, otra dotación del 092 localizó a la madre del menor en la calle, a 300 metros de la casa. La mujer pedía auxilio por causas que no se llegaron a aclarar y cuando detectó a los policías se refugió en la casa de un vecino. Su hijo presenció el episodio y aseguró que temía la reacción de su madre al saber que había sido él quien había llamado al 061. De forma espontánea balbuceó: «Me va a matar».