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Catorce jóvenes, de edades comprendidas entre los 16 y 17 años, resultaron intoxicados por consumo abusivo de drogas y alcohol en el transcurso de una 'fiesta salvaje' que duró 24 horas y que se desarrolló el pasado fin de semana en una finca de Pollença. La Policía Local detuvo a dos muchachos, de la treintena que participó en la 'bacanal', y los servicios médicos tuvieron que actuar con celeridad para atender a todos los afectados.

La fiesta comenzó en la noche del sábado en una casa de campo de la zona de Can Perdiu, cerca del golf de Son Brull. Unos treinta chicas y chicos se 'atrincheraron' en la vivienda, provistos de cantidades ingentes de alcohol, pastillas de 'éxtasis', LSD y hachís. La reunión, a medida que pasaban las horas, fue degenerando y la policía acudió al predio porque se había producido un accidente de tráfico. Los implicados, al parecer, eran algunos de los integrantes de la fiesta, que ya comenzaban a padecer los efectos de las sustancias consumidas. Horas después una vecina llamó para denunciar que algunos chicos 'enloquecidos' habían ocasionado daños en su jardín, pero cuando los agentes intervinieron fue al recibir la llamada de padres preocupados porque sus hijos no habían regresado a casa.

La escena que se encontraron los policías fue grotesca: los cerca de treinta jóvenes se hallaban en estado lamentable, agotados tras un día sin dormir, y catorce de ellos evidenciaban síntomas más severos; desde convulsiones a pérdida casi total del sentido. Los muchachos estaban desperdigados entre un camino rural y la finca y los más afectados por la ingesta de alcohol y drogas fueron atendidos en un centro sanitario. Dos de ellos presentaban un cuadro médico más preocupante, pero afortunadamente se fueron recuperando y al final recibieron el alta médica.