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Un grupo de ladrones entraron a robar a la iglesia de Santo Domingo de Inca en la madrugada del lunes al martes. Accedieron al lugar a través del claustro de Santo Domingo, propiedad del Ajuntament, y robaron 6.000 pesetas y una anilla de oro y piedras preciosas que servía para abrir una pequeña cortina que cubría el cáliz en el interior del sagrario en la capilla.

Esta es la segunda vez en solo tres meses que se produce un hecho de este tipo. El último robo se produjo en las mismas circunstancias. Los ladrones accedieron al recinto a través del claustro de Santo Domingo saltando la reja que lo proteje y desde allí se introdujeron en la iglesia rompiendo una de las puertas traseras. En aquella ocasión el botín fue menor aunque hubo importantes destrozos. Además de la puerta los delincuentes arrancaron la caja de seguridad de las limosnas.

Este último robo se produjo en la noche del lunes al martes. Según explica el rector Toni Estelrich, «hubo gente en la iglesia hasta pasadas las siete de la tarde y no volvimos a saber nada hasta que por la mañana los obreros que trabajan en la reforma del claustro encontraron la puerta abierta y todo revuelto».

Precisamente el párroco está muy disgustado porque los ladrones han vuelto a trepar la reja del claustro «a pesar de que tras el último robo el alcalde, Pere Rotger me había prometido que cambiaría la reja por otra más alta», explica. Estelrich ya ha comunicado al alcalde el suceso y le ha anunciado que le pasará la factura de reparación de los daños. Para acceder desde el claustro a la iglesia los ladrones rompieron un pequeño cristal ubicado sobre la puerta. Uno de los asaltantes pudo delizarse a través de este hasta el interior y abrir la puerta a sus compañeros. Una vez en el recinto destrozaron varias puertas y robaron 6.000 pesetas de la catequésis. Accedieron a la iglesia a través de una puerta lateral y revolvieron los CD,s de música que allí se encontraban. Además abrieron el sagrario de la capilla lateral y arrancaron una anilla de oro y piedras incrustadas que servía para abrir la cortina que cubría el cáliz. La anilla ha desaparecido.