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Campaner Anglada, doctor en Derecho, fue condenado por la Audiencia de Palma en julio de 1997 a cumplir cinco años de prisión por el denominado «caso Sermátic». Esta sentencia fue ratificada por el Supremo, lo que motivó que el pasado mes de enero el abogado ingresara en prisión para cumplir estos cinco años de prisión. Sin embargo, en pocos meses el preso logró que el juez de vigilancia penitenciaria le concediera el tercer grado. A partir de ese momento el abogado sólo estaba obligado a acudir a dormir a prisión de lunes a jueves.

La Fiscalía de Palma, al enterarse de esta situación, presentó un recurso con el único objetivo de que se anulara este tercer grado. Este recurso fue aceptado por los jueces de la Audiencia. Sin embargo, no se anuló la concesión penitenciaria porque Campaner recusó a dos magistrados. Alegaba que estos dos jueces formaban parte del tribunal que le había condenado, y por tanto no podían ser imparciales. Una sala especial rechazó esta recusación, si bien el letrado planteó otros recursos, que no se han resuelto.

El abogado, además del «caso Sermátic», en octubre aceptó cumplir otra condena de cinco años de prisión. Vicente Campaner se confesó autor, y por tanto culpable, de un plan por el que se cometió una estafa contra la Seguridad Social. Lógicamente, al ser de nuevo condenado, el abogado debía ingresar automáticamente en prisión. Sin embargo, precisamente para evitar su ingreso, en las últimas semanas se ha dedicado a plantear todo tipo de recurso. Incluso ha recurrido una sentencia por la que se declaraba culpable, maniobra que no se había planteado hasta la fecha en los juzgados de Palma.