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La confesión que ha realizado José María C., el único de los detenidos que se encuentra en prisión por el crimen del empresario, no ha dado por concluido la investigación judicial. La juez Piedad Marín sospecha que José María no ha contado toda la verdad y que quedan algunos cabos sueltos. José María prestó declaración el pasado martes, se confesó único autor del homicidio y dijo que Sebastián no había intervenido en el crimen. Confesó que el otro detenido le había insinuado que lograría mucho dinero si robaba al empresario. Para llevar a cabo el golpe, José María confesó que esa noche se escondió en el cuarto de contadores de la finca de la calle Ruiz de Alda, y allí aguardó la llegada del empresario. Después le sorprendió cuando entraba en su casa. Lo empujó y cerró la puerta. Después le golpeó con la culata de la pistola, hasta que le dejó inconsciente.

José María justificó que estaba pistola se la había entregado Pedro P., otro de los detenidos, porque se dedicaba a cobrar deudas relacionadas con el tráfico de drogas. Supuestamente, Pedro se dedicaba a esta actividad ilegal, y de hecho en su casa se encontró una bolsa con una sustancia que se cree que es cocaína. El arma, una pistola de balines, fue intervenida en el piso de José María. El joven confesó que la había limpiado a conciencia con jabón, y por tanto es poco probable que se encuentren restos de sangre de la víctima.

Entre los investigadores se cree que la persona que tiene la clave para resolver este caso es precisamente Pedro P. Este hombre ha reconocido que José María le confesó que había matado a un hombre después de cometerse el crimen, pero que él no tenía ninguna relación con la planificación. La última vez que Pedro P. fue citado por la juez, se negó a declarar, y se ratificó en la versión de cuando fue detenido. Fuentes próximas al caso indicaron que el detenido puede negarse a declarar de nuevo, y si es así, las incógnitas sobre el caso continuarán. Sin embargo, desde las últimas semanas las relaciones entre Pedro P. y la familia de José María se han deteriorado.