Nicolás Rodríguez Ruiz, un hombre de 36 años que tenía previsto
casarse hoy, falleció ayer tras recibir dos disparos con una
escopeta de cañones recortados cuando se encontraba en el interior
de un vehículo y acababa de dejar a su novia en su casa. Poco
después el Cuerpo Nacional de Policía detuvo a un sospechoso del
asesinato. El subdelegado del Gobierno, Paulino del Valle, declaró
que el detenido es un varón que cumple con las características
físicas descritas por algunos testigos, aunque no precisó si se le
ocupó el arma homicida.
Algunos testigos vieron al hombre que mató de madrugada a
Nicolás Rodríguez Ruiz. Según confirmaron fuentes de la
investigación el asesino, tras efectuar los disparos, fue visto en
el momento que escondía el arma entre su ropa y huía en dirección a
las calles Maese Calvo y Cartuja. Paulino del Valle insistió en que
no se pueden ofrecer detalles sobre la identidad de la persona
detenida hasta que la investigación demuestre o descarte su
participación en los hechos.
Según el subdelegado del Gobierno, los dos únicos móviles
descartados son el robo y el terrorismo. El suceso se produjo a las
00'10 horas frente al número 66 de la calle de San Pedro Cardeña,
cuando la víctima, que trabajaba como auxiliar administrativo en
una asesoría fiscal, acababa de dejar a su novia en el portal de
casa y regresó a su coche, un Ford Fiesta gris matrícula de
Burgos.
Un hombre encapuchado y que vestía un anorak oscuro se acercó
entonces al vehículo y disparó con una escopeta de cañones
recortados a través de la ventanilla. Según datos confirmados por
la Subdelegación del Gobierno en Burgos, la víctima falleció cuando
era trasladada al Hospital General Yagüe. La novia del fallecido,
una vez repuesta del estado de nervios, declaró a la policía que
Nicolás Rodríguez no había sufrido amenazas y que desconocía un
posible móvil.
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