El pleno del Ajuntament de Palma aprobó ayer la creación de una
nueva plaza en la plantilla orgánica de la Policía Local que
ocupará el hasta ahora intendente jefe, Joan Feliu. El alcalde
trató de explicar que el secretismo buscaba proteger al afectado y
justificó el cambio en los «vicios» o una forma de actuar basada en
la inercia que Feliu ha adquirido en los 20 años en el cargo.
El edil de Governació, José Manuel Sierra, fue quien confirmó
que se «ha perdido la confianza en Feliu» y que el cambio era
necesario para «conseguir la efectividad buscada y poder tener la
policía de barrio que todos queremos y que he comprobado que no
existe». La propuesta fue presentada mediante un enmienda «in voce»
por parte de la regidora de la Función Pública, María Teresa
Jiménez, que suscitó las críticas de todos los partidos de la
oposición por la «forma» en que se ha tratado el tema.
La enmienda establece la creación de puesto de director de
Formación y Estudios de la Escuela de la Policía Local, un puesto
de trabajo que ejercerá Joan Feliu y por el que percibirá un sueldo
bruto de 10.726.291 pesetas anuales y otros tres de seguridad
social. El puesto de intendente de la Policía Local queda entonces
vacante y sin dotación presupuestaria. El PSOE preguntó al alcalde
si «cada funcionario que moleste va a ser reconvertido en asesor de
desconfianza» y le acusó de malgastar el dinero público, «pues
Feliu va a cobrar lo mismo que hasta ahora pero por hacer sólo de
director de la escuela».
Para UM, la decisión es un «atropello» que «ha levantado la
liebre del funcionario, lo que provocará pérdida de objetividad e
independencia».
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