'Baño de sangre' sin precedentes

El 20 de julio de 1988 se cometieron dos asesinatos en Mallorca. El primero en descubrirse fue el de Ana Francisca Bogardo, que tenía 28 años, y su cadáver fue localizado en el pozo de una finca de Algaida. La madrugada de ese mismo día era asesinada a navajazos la turista alemana Brigitte Schneider, de 30 años. El cadáver fue hallado semidesnudo en una playa de Peguera.

Entre las madrugadas del 25 y 26 de marzo de 1990 se produjeron dos muerte violentas en la Platja de Palma. La primera fue la de Francisco Fernández, de 28 años, aunque finalmente la persona detenida quedó libre debido a que la autopsia determinó que la causa del óbito fue una arritmia cardíaca. Veintidós horas después, el conserje de noche de un hotel situado en las Maravillas era víctima de asesinato.

Un mes especialmente sangriento fue el de mayo de 1994. El día cuatro y sólo con doce horas de diferencia morían una azafata de 27 años y un hombre de 40. Los dos crimenes ocurrieron en s'Arenal con sólo doce horas de diferencia y el autor fue un joven que ha sido juzgado. El día 30 del mismo mes se produjo el asesinato pasional de un hombre en la Bonanova. Poco después el presunto autor se suicidó en un cine de Palma. La prulalidad de razas y nacionalidades que residen en la isla se refleje también en la 'crónica negra'.

Prueba de ello es que, en los tres crimenes recientes, las dos víctimas de Son Banya eran de nacionalidad china. La mujer fallecida en sa Mola era alemana, y el hombre acusado de haber matado a una joven en es Rafal es de nacionalidad marroquí. Este último caso está esclarecido a nivel policial y los dos restantes están 'bien encauzados' según los responsables de las investigaciones.