Años después de tomarse esta imagen, la casa se convirtió en el hotel Tívoli.

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«La estructura de la antigua pensión Tívoli soportaba demasiado peso y además el anexo que se cayó el viernes había sido construido sobre una fosa séptica», denunció ayer a Ultima Hora Pedro Vives, cuya familia compró los terrenos en 1913 y más tarde, a finales de los años 20, edificó la casa que luego sería transformada en hotel.

Luis Vives adquirió la urbanización de Bellavista un año antes de la Primera Guerra Mundial y luego construyó una gran casa cerca del mar, conocida como Ca ses Catalanes. La familia Vives vivió en la vivienda hasta 1954, cuando un empresario de Sóller la adquirió y la convirtió en lo que luego sería la pensión Tívoli. «La casa era demasiado grande para nosotros y por eso mi padre la vendió», recordó ayer Pedro, que todavía reside en s'Arenal, muy cerca del hotel siniestrado.

«El ala que se vino abajo la construyeron en menos de un año. Dejaron las paredes de la antigua casa y levantaron cuatro alturas. La estructura estaba demasiado cargada y, además, el anexo que se desplomó había sido edificado sobre una fosa séptica de grandes dimensiones. El hotel no tenía desagüe y por tanto la fosa debía seguir en activo», contó. El problema, según el antiguo dueño de la construcción originaria, estriba en que la urbanización Bellavista es ilegal «y si se hubiese tirado la pensión no habrían obtenido un nuevo permiso para hacer un hotel con la misma capacidad». Además de la existencia de la fosa y de las paredes en mal estado y de un grosor inadecuado para aguantar tanto peso, Pedro explicó que durante dos años "en la década de los 90" el edificio estuvo ocupado por familias gitanas, que contribuyeron aún más al deterioro del Tívoli.