Alberto Folch Romaguera, uno de los dos trabajadores de la
construcción fallecido en el derrumbe del hotel Tívoli, era tío de
Desireé, una de las tres niñas de Alcácer que fueron salvajemente
violadas y asesinadas en aquella localidad hace algunos años.
De hecho, la adolescente había pasado algunos veranos en la
Platja de Palma, en concreto en la calle Milán, donde vivía el
fallecido. En otro orden de cosas, UGT ha anunciado movilizaciones
en toda España para denunciar la siniestralidad laboral que padece
Balears y que según este sindicato la pone a la cabeza de la
regiones más conflictivas de Europa. La directora general de
Ordenación Turística de la Conselleria de Turisme, Fina Casal,
declaró ayer que en los próximos meses serán inspeccionados algunos
hoteles similares al Tívoli a fin de garantizar la seguridad de los
trabajadores y constatar que las estructuras están en perfecto
estado. Según la responsable, «será como una ITV de los hoteles»
que evite desgracias como la ocurrida el viernes en s'Arenal.
Con respecto a la investigación iniciada por el Grup Operatiu de
la Policía Local, de momento no han trascendido las líneas
maestras, pero se sabe que los agentes han tomado declaración a los
empleados de la obra de reforma en el «Tívoli» y a los testigos del
derrumbe. La policía quiere saber el estado exacto del edificio
antes de la caída y por eso la zona está vigilada las 24 horas, a
fin de evitar que alguien entre en las instalaciones y modifique la
escena.
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