La Justicia da la razón al empresario que se arruinó por un seguro obligatorio

Una sentencia del tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia da la razón al empresario y condena a la compañía a pagarle tres millones de pesetas, dinero que no quiso entregarle tras la muerte de la esposa de Ginés Garrido, que murió de cáncer en 1994. El empresario denunció que su vida había quedado arruinada tras suscribir un seguro obligatorio con esta compañía.

Antes de la muerte de la esposa, la pareja suscribrió un préstamo hipotecario con un banco. La entidad obligó al cliente a suscribir un seguro (como suele ser habitual) y le presentó un cuestionario de preguntas a la pareja sobre sus antecedentes médicos. Este cuestionario lo rellenó el propio empleado del banco. El seguro, en caso de fallecimiento de alguno de los cónyuges, debía pagar el préstamo. En 1994 murió la mujer, y Garrido lo comunicó a la aseguradora. Sin embargo, el seguro se negó a indemnizarle alegando que su mujer había mentido en el cuestionario al ocultar una enfermedad que había sufrido antes de firmar el préstamo.

Mientras tanto, el banco reclamó el pago del dinero. Embargó la vivienda del empresario, que tuvo que malvender su casa para hacer frente al préstamo. Además, su nombre quedó anotado en la lista de morosos. Tras cuatro años de pleitos, los jueces le han dado la razón al empresario, y han aceptado las tesis que mantuvo su abogado Pere Pons i Fons. El tribunal refleja que no es el primer caso que se plantea contra esta compañía de seguros, ya que se han dictado varias sentencias en su contra al no pagar sus obligaciones, alegando que el cliente mintió en el cuestionario.