El próximo martes se celebra en la Audiencia Nacional un juicio
contra 15 personas, entre las que se encuentran dos mallorquines,
acusados de traficar con un alijo de 423 kilos de cocaína, que fue
recogido en el Caribe e interceptado en las Azores. Esta operación
la dirigió el juez Baltasar Garzón. Los mallorquines son Juan
Colomar Torres, alias «Juanillo», capitán de barco, y su compañera
María Amparo Vera San Martín, quien fue detenida en Palma tras la
incautación de la droga. La Fiscalía de la Audiencia Nacional
reclama para Juan Colomar una condena de 17 años de prisión,
mientras que para su compañera se solicitan catorce años. Ambos son
defendidos por el abogado Carlos Portalo.
A finales de 1996 la policía de Pontevedra y la de Palma
comenzaron a investigar a un grupo que encabezaba el gallego Manuel
Fariñas Dacuña, quien estuvo muchos años residiendo en Colombia y
al regresar a España se dedicó al narcotráfico. Fariñas y su hombre
de confianza, Serafín Guillan Pérez, ofrecieron al mallorquín
Colomar que se encargara de buscar un barco para transportar la
droga. El marinero mallorquín compró en Palma por 15 millones el
velero «Sunka», que era de un matrimonio suizo, que se lo vendió
por 15 millones. Le cambió el nombre por el de «Laion» y le colocó
sofisticados aparatos electrónicos de navegación.
Mientras tanto, en tierra también se montó una infraestructura.
Para ello la organización contrató a Juan Manuel Guillán Pérez,
Angel Manuel Barge Bustabad y Gerardo Díaz Panceira. Estos tres se
encargaron de instalar la emisora para comunicarse con el barcos
«Laion». También estaba previsto que descagaran la droga cuando
hubiera llegado a Galicia, utilizando la planeadora «Teyse», que
era propiedad de Teresa Rial Yunquera.
El velero zarpó en febrero desde Palma y a bordo, además de Juan
Colomar, viajaba José Luis Almeida Moure. Los acusados querían
aparentar que se trataba de un viaje de placer y para ello
contrataron a dos azafatas, si bien una de ellas desembarcó al
llegar a Canarias. La embarcación puso rumbo al Caribe y en un
punto indeterminado del Océano Atlántico cargó a bordo 419 paquetes
que contenían 423 kilos de cocaína. La droga tenía una pureza del
79% y un valor de más de 2.700 millones de pesetas. Cinco meses
después el barco que patroneaba Colomar fue interceptado en el
Atlántico, cerca de las Azores, por la embarcación del Servicio de
Vigilancia Aduenera cuando se dirigía hacia Galicia. El yate fue
escoltado hasta el puerto de Villagarcía de Arosa, en Pontevedra,
donde se comprobó que la droga estaba camuflada entre las mamparas
y el casco.
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