La juez del Juzgado de Instrucción número 4 ha procesado a cuatro
reclusas del centro penitenciario de Palma por dar varias palizas a
una compañera de la prisión. La víctima, que cumplía condena por
tráfico de drogas, sufrió también una agresión sexual, delito por
el que han sido procesadas las cuatro mujeres. El auto de
procesamiento explica que el conflicto se inició en el mes de julio
de 1998 en el comedor del centro. La víctima fue golpeada por una
de las internas y con la excusa de separarlas, se sumaron a la
pelea otras dos reclusas.
Acusaban a su compañera de ser la chivata del director del
centro. En ese momento, según detalla el juez, una de estas mujeres
anunció a la reclusa que «con una simple llamada podía hacer que
matasen a sus tres hijos». Días después, en el patio del centro, se
produjo otro incidente. Una de las presas esgrimió un cuchillo y su
compañera un destornillador. Según el auto, amenazaron a la reclusa
con estas armas. El día 15 de agosto la mujer entró en el cuarto de
baño. En ese momento dos de las mujeres procesadas se abalanzaron
sobre ella y comenzaron a golpearla con el palo de una escoba,
mientras que otra de las presas las animaba a seguir. En ese
momento le anunciaron a la mujer que si gritaba o contara algo iban
a matarla a ella y a sus hijos.
El último incidente, aunque el más grave, ocurrió el 21 de
agosto en el cuarto de baño. Las cuatro procesadas se abalanzaron
sobre ella. Una de ellas le bajó los pantalones, mientras otra
golpeaba a la mujer con un palo de escoba en su zona genital.
Después le introdujo el palo en la vagina y comenzó a moverlo, al
tiempo que una de ellas le tocaba los pechos, según detalla el
auto.
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