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PEP MATAS/JAVIER JIMÉNEZ
Los abogados que ejercen la acusación particular por el asesinato de Pedro Estarellas han solicitado al juez que se lleve a cabo una reconstrucción de los hechos. Pedro Estarellas murió el mes de octubre del año pasado en su piso de la calle Ruiz de Alda, en Palma. Hasta ahora hay tres personas a las que se implica en el crimen en mayor o menor grado. Una de ellas está en prisión y las dos restantes en libertad a la espera del juicio.

En base a las investigaciones efectuadas por el Grupo de Homicidios, y otros datos que se han ido recogiendo en las distintas diligencias efectuadas, la acusación particular entiende que fueron dos las personas que subieron al piso donde se asesinó al empresario Pedro Estarellas. La hipótesis que se mantiene es que dos personas esperaban que Pedro Estarellas regresara a su domicilio. Cuando llegó y abrió la puerta uno de los dos delincuentes le propinó un fuerte golpe en el rostro que le fracturó una vértebra. Parece ser que Pedro Estarellas murió, pero los dos criminales pensaban que estaba todavía con vida. Acto seguido lo arrastraron hasta su dormitorio, lo sentaron en una silla y lo ataron y amordazaron.

Después se dedicaron a buscar la caja fuerte, puesto que sabían que la tenía y que en su interior podía haber una importante cantidad de dinero. Tras una larga búsqueda por distintas dependencias del piso la encontraron, debajo de la cama y muy cerca de donde habían dejado a Pedro Estarellas, que en aquel momento ya había fallecido. El punto importante en esta reconstrucción estriba en el hecho de que se considera que una persona sola no puede arrastrar un cuerpo que acaba de fallecer de la manera como se interpreta que se hizo, además de que se han detectado marcas en ambos brazos del cadáver que dan a entender que cada uno de los delincuentes cogió a Pedro Estarellas por uno de sus brazos y lo arrastró hasta el dormitorio. La caja fuerte se la llevaron, así como un llavero que tenía la víctima en uno de sus bolsillos. Pero no acertaron a encontrar la llave, por lo que la caja fuerte fue abierta 'a la brava'. Se cree que en su interior había cuatro millones en pesetas y otros dos millones en dólares.

En la actualidad la única persona encarcelada es José M.C., el cual ha efectuado una serie de declaraciones. De las últimas se ha localizado la caja fuerte y la bolsa donde se introdujo la misma, y de un coche que estaba en el depósito de Son Reus se ha recuperado una parte del dinero robado. José M.C. se ha confesado autor del crimen y ha implicado a otro en el sentido de que le estaba esperando en la calle, exculpando a un tercero. Según la acusación particular, los hechos no ocurrieron así al entender que hay pruebas que exculpan de estar en la calle Ruiz de Alda a la persona a la que acusa José María C.M., y se sospecha que lo hace por razones sentimentales.