En base a las investigaciones efectuadas por el Grupo de
Homicidios, y otros datos que se han ido recogiendo en las
distintas diligencias efectuadas, la acusación particular entiende
que fueron dos las personas que subieron al piso donde se asesinó
al empresario Pedro Estarellas. La hipótesis que se mantiene es que
dos personas esperaban que Pedro Estarellas regresara a su
domicilio. Cuando llegó y abrió la puerta uno de los dos
delincuentes le propinó un fuerte golpe en el rostro que le
fracturó una vértebra. Parece ser que Pedro Estarellas murió, pero
los dos criminales pensaban que estaba todavía con vida. Acto
seguido lo arrastraron hasta su dormitorio, lo sentaron en una
silla y lo ataron y amordazaron.
Después se dedicaron a buscar la caja fuerte, puesto que sabían
que la tenía y que en su interior podía haber una importante
cantidad de dinero. Tras una larga búsqueda por distintas
dependencias del piso la encontraron, debajo de la cama y muy cerca
de donde habían dejado a Pedro Estarellas, que en aquel momento ya
había fallecido. El punto importante en esta reconstrucción estriba
en el hecho de que se considera que una persona sola no puede
arrastrar un cuerpo que acaba de fallecer de la manera como se
interpreta que se hizo, además de que se han detectado marcas en
ambos brazos del cadáver que dan a entender que cada uno de los
delincuentes cogió a Pedro Estarellas por uno de sus brazos y lo
arrastró hasta el dormitorio. La caja fuerte se la llevaron, así
como un llavero que tenía la víctima en uno de sus bolsillos. Pero
no acertaron a encontrar la llave, por lo que la caja fuerte fue
abierta 'a la brava'. Se cree que en su interior había cuatro
millones en pesetas y otros dos millones en dólares.
En la actualidad la única persona encarcelada es José M.C., el
cual ha efectuado una serie de declaraciones. De las últimas se ha
localizado la caja fuerte y la bolsa donde se introdujo la misma, y
de un coche que estaba en el depósito de Son Reus se ha recuperado
una parte del dinero robado. José M.C. se ha confesado autor del
crimen y ha implicado a otro en el sentido de que le estaba
esperando en la calle, exculpando a un tercero. Según la acusación
particular, los hechos no ocurrieron así al entender que hay
pruebas que exculpan de estar en la calle Ruiz de Alda a la persona
a la que acusa José María C.M., y se sospecha que lo hace por
razones sentimentales.
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