La juez del Juzgado de Instrucción número 4 de Palma está
investigando a un perito caligráfico judicial, contra el que se ha
presentado una querella al sospecharse que falsificó un peritaje en
una demanda civil. Los hechos están relacionados con el pleito
económico que mantuvieron dos ciudadanos extranjeros en el juzgado
civil de Palma. Uno de estos extranjeros presentó un contrato del
almacenaje diciendo que la firma era la del demandado, quien dijo
que esa rúbrica no era la suya.
El juez pidió a un perito caligráfico que analizara la firma
que, a simple vista, es bastante dudosa. El perito comparó una
firma que realizó el demandado ante un notario con la del documento
y consideró que ambas habían sido realizadas por la misma persona.
El juez dictó sentencia a favor del demandante y condenó al
extranjero. El abogado de la persona condenada envió la firma a un
despacho de detectives privados de Palma para que la analizaran.
Estos expertos realizaron un informe en el que afirmaban que se
trataba de una imitación.
El bufete de abogados Pérez Marsá-García presentó una querella
contra el perito caligráfico por falso testimonio. La juez, además
de tomar declaración al perito, pidió a la Policía Científica de
Madrid que analizara las dos firmas, y comprobara si la que
aparecía en el documento era o no falsificada. La Sección de
Documentoscopia de la policía ya ha entregado el dictamen al juez y
se determina que la firma es una imitación, y por tanto es falsa.
Este dictamen se contradice con el que emitió el perito caligráfico
de Palma.
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