El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma juzgó
ayer a un empleado de una notaría de Pollença, a quien se le acusa
de un delito de apropiación indebida. Según parece, Javier S.P.
pudo quedarse con unos 85 millones de pesetas, cantidad que fue
calculada en una auditoría. El fiscal pide 5 años de cárcel. El
acusado, que sufre una depresión, niega los hechos y afirma que él
no se ha quedado con el dinero.
Los hechos se descubrieron en el año 96. El acusado es auxiliar
administrativo y se encargaba del cobro y gestión de escrituras. La
notaría, además de cobrar los honorarios por la redacción de las
escrituras, se encargaba también de registrarlas, por lo que los
clientes pagaban una provisión de fondos para liquidar los
impuestos. En el año 96 la notaría cambió de notario. A partir de
ese momento se descubrió que el administrativo guardaba en el
armario unas 80 escrituras, que no había registrado y que
supuestamente ya había recibido la provisión de fondos de los
clientes. El acusado alega que estos expedientes los guardaba en
este armario porque, en realidad, no se había pagado la provisión
de fondos. El acusado reconoció que tenía varias propiedades
inmobiliarias, pero que las compró a través de créditos
hipotecarios.
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