Un cap de fibló sembró ayer por la mañana el pánico entre los
vecinos de la Cala San Vicenç, que vieron como en sólo unos minutos
un fuerte golpe de viento arrancaba de cuajo las encinas
centenarias de los bosques de la zona. Una docena de fincas se han
visto seriamente afectadas. Aunque no hay que lamentar víctimas los
daños materiales son cuantiosos. Aproximadamente a las once de la
mañana de ayer, un pequeño ciclón arrasaba una superficie de unos 5
kilómetros cuadrados a ambos lados de la carretera de la Cala San
Vicenç, entre el puente de Can Mortevella y Can Botana. La
carretera quedó cortada provisionalmente y el suministro eléctrico
interrumpido.
El cap de fibló arrasó varios postes de la luz, los tejados de
varias possessions y más de cien árboles, encinas principalmente,
aunque una finca de almendros también se vió seriamente dañada. El
centro meteorológico de Balears informó ayer de que durante la
noche del sábado al domingo se formó entre Catalunya y las Islas
una nube de 70 a 100 kilómetros de radio que acumuló una gran carga
eléctrica. Unida al fuerte viento descargó a media mañana de ayer
en la zona norte de Mallorca, con especial dureza en Formentor, la
Cala San Vicenç y el Port de Pollença.
A pesar de la fuerza del ciclón, éste desapareció en pocos
minutos, igual que había llegado. Los vecinos de la zona comentaban
ayer que «dentro de todo ha habido suerte porque si pilla a alguien
en una finca lo mata». Los afectados comenzaron ayer los primeros
trabajos de recogida de escombros aunque tendrán que invertir mucho
tiempo y dinero en asegurar sus construcciones, algunas de las
cuales están seriamente dañadas. Una de las fincas peor paradas es
la conocida como finca de Ca l'Hereu. Los árboles, algunos de los
cuales tendrán que ser retirados con grúa, cerraron todos los
accesos. El viento se llevó la cubierta del establo y de una
pequeña casita de aperos, y afectó seriamente al tejado de la casa
principal. Cristales rotos, muros derruidos y cables literalmente
arrancados son sólo algunos de los daños más visibles.
La aparición del tornado, un fenómeno habitual en las Islas se
convirtió ayer en centro de atención. A lo largo del día muchos
vecinos y turistas se desplazaron al lugar para comprobar de
primera mano los desperfectos de un fenómeno meteorológico
difícilmente observable. Los vecinos de la Cala San Vicenç
aseguraban ayer que nunca habían visto un ciclón de violencia
similar en la zona.
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