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Miguel L.P., un hombre de unos 60 años de edad (con antecedentes policiales) fue juzgado ayer por el Tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Palma acusado de intentar matar a un vecino suyo, que es de nacionalidad marroquí. La víctima recibió tres puñaladas en el vientre y a consecuencia de ello sufrió un infarto cerebral que le ha dejado como secuela una hemiplejia.

Estos hechos ocurrieron en la noche del día 15 de enero de 1999 en un edificio de la calle Socorro, en Palma. El acusado y su vecino habían discutido la mañana anterior, por motivos que no se llegaron a esclarecer en el juicio. Según el fiscal, ese día el acusado le anunció a su vecino «que esta noche te voy a rajar la barriga». Miguel L.P., el acusado, explicó que esa noche se encontraba acostado con su compañera sentimental cuando de pronto entró el marroquí en su casa, porque la puerta no estaba cerrada con llave.

Según el acusado, su vecino le intentó golpear con un palo de hierro y él no tuvo más remedio que defenderse con el cuchillo. El hombre reconoce que llegó a asestarle tres puñaladas, siempre después de que el otro individuo intentara antes agredirle. La víctima, en cambio, dio una versión muy distinta de los hechos. El inmigrante explicó que horas antes de los hechos habían discutido y su vecino le anunció que esa noche iba a «rajarme la barriga», pero que no dio importancia a esas palabras. Cuando entraba en su casa, según el denunciante, el acusado le llamó para que subiera a su domicilio. Lo hizo y en ese momento «me dio tres puñaladas y quedé inconsciente. Después me desperté en el hospital». El herido tardó casi un año en recuperarse de las lesiones.