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La juez Francisca Ramis, del Juzgado de lo Penal número 7 de Palma, ha condenado al portero de una discoteca de s'Arenal que agredió a un cliente alemán y le provocó una grave lesión craneal. De hecho, la víctima llegó a estar varios días en coma, aunque logró recuperarse, aunque hoy todavía sufre como secuela un síndrome postconmocional y problemas para mover el cuello.

La sentencia impone al acusado, B.F.B., de 28 años de edad, una condena de siete meses de prisión (que no cumplirá porque carece de antecedentes) por un delito de lesiones. También establece para la víctima una indemnización de trece millones y medio de pesetas por las lesiones y las secuelas. Se trata de una sentencia de conformidad, puesto que el acusado aceptó declararse culpable tras alcanzar un acuerdo sobre la pena con el fiscal y con el abogado de la víctima. La juez establece que sea una compañía de seguros la que pague esta indemnización, y subsidiariamente que sea la empresa propietaria de la discoteca para la que trabajaba el acusado.

Este incidente se produjo, según refleja la sentencia, en la madrugada del día 17 de mayo de 1998. La juez explica que el acusado salió a la puerta de la discoteca de la Platja de Palma porque se estaba produciendo un incidente entre el cajero y unos clientes. Durante esta pelea, «con la intención de menoscabar su integridad física» el vigilante de seguridad le dio un empujón, y a continuación un puñetazo, a un turista alemán, según declara probado la sentencia condenatoria. La víctima cayó al suelo y se golpeó la cabeza. El golpe le ocasionó un traumatismo craneoencefálico, con fractura craneal incluida, un hematoma frontobasal y un traumatismo facial. El turista perdió el conocimiento y tuvo que ser ingresado de urgencia en el hospital. Su estado al ingresar en el centro médico era muy grave, aunque después logró recuperarse.

El joven permaneció 19 días en el hospital. Sin embargo, la sentencia explica que el herido tardó en curar un total de 120 días, tiempo en el que estuvo incapacitado para desarrollar sus obligaciones habituales. Durante estos tres meses, además, precisó tratamiento médico continuado y en la actualidad le ha quedado como secuela un síndrome postconmocional. Antes de que se celebrara el juicio y se alcanzara un acuerdo, el abogado del turista había solicitado una indemnización de 35 millones de pesetas. Solicitaba una indemnización por daño moral, porque afirmaba que este incidente le había supuesto al herido, además de una serie de gastos, una pérdida económica en su empresa al no poder realizar sus funciones habituales. También había pedido una condena de un año de cárcel, aunque la acusación particular aceptó después una pena inferior.